La argentina Selva Almada retrata un "Romeo y Julieta" en clave homosexual

  • En un ambiente "hostil, duro y machista" del interior de Argentina, la escritora Selva Almada ha construido una historia de amor como la de Romeo y Julieta en clave homosexual en la que retrata la historia de la enemistad de dos familias.

Madrid, 21 nov.- En un ambiente "hostil, duro y machista" del interior de Argentina, la escritora Selva Almada ha construido una historia de amor como la de Romeo y Julieta en clave homosexual en la que retrata la historia de la enemistad de dos familias.

"Ladrilleros", publicada por Lumen, es la segunda novela de esta autora argentina que también ha publicado recientemente "Chicas muertes", una historia sobre el asesinato de tres chicas ocurrido en Argentina en la década de los ochenta y que le sirve de base para la denuncia de la violencia que sufren las mujeres.

En una entrevista con Efe, Almada, que asiste en Madrid al Festival literario Eñe, explica que sus obras están situadas en una zona del interior de Argentina donde hay ambientes que propician la violencia machista contra las mujeres y los hijos, que se ve como algo natural.

En estos ambientes machistas situados en regiones pobres donde hay hombres "malentretenidos", señala la autora, son las mujeres las que sostienen muchas familias, a pesar de lo paradójico que resulta.

La idea de su novela surgió de un suceso real ocurrido en un pueblo por una "pelea feroz" entre dos familias en un parque de atracciones.

En ese escenario, Selva Almada decidió "reescribir" ese suceso y y situó el inicio de su novela junto a una noria en un parque de atracciones desierto, en el que los cuerpos de dos hombres malheridos yacen en el suelo, sin que se sepa qué hacen ahí.

"La novela dura lo que dura la agonía" de ambos, señala Almada que explica que al empezar "casi por el final", reconstruye la historia a través de recuerdos y algunas formas de "alucinación".

Aprovecha así el límite entre la vida y la muerte para mezclar "lo fantasmagórico con lo real", una combinación que considera lógica al ambientar la historia en una zona donde persisten muchas supersticiones.

La novela relata de esta forma una enemistad casi legendaria entre dos cabezas de familia, dos ladrilleros cuyos hijos pagarán el precio de tanto odio.

La violencia está muy presente en esta novela en la que la autora asegura que no hace literatura de denuncia: "mi literatura es realista pero no documental, no pretendo denunciar nada porque la ficción no tiene esa tarea".

En cambio, en la obra de no ficción "se me permite decir lo que quiero decir", asegura Almada que expresa su pesimismo sobre el problema de la violencia machista del que dice que, aunque se habla más del asunto, no ha retrocedido.

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