La conferencia de Ginebra ahonda las diferencias entre la oposición siria

  • La oposición siria se halla dividida de nuevo entre quienes piden que la futura conferencia de paz de Ginebra 2 se centre en la renuncia inmediata del presidente del país, Bachar al Asad, y los que ven en esa cita una oportunidad para establecer una transición política más consensuada.

Mohamed Siali

El Cairo, 5 nov.- La oposición siria se halla dividida de nuevo entre quienes piden que la futura conferencia de paz de Ginebra 2 se centre en la renuncia inmediata del presidente del país, Bachar al Asad, y los que ven en esa cita una oportunidad para establecer una transición política más consensuada.

Estos puntos de vista, incompatibles, los representan los dos grupos más importantes de la oposición: la Coalición Nacional Siria (CNFROS), cuya mayoría de miembros se encuentran en el exterior, y el Consejo de Coordinación Nacional (CCN), basado dentro del país.

El vicepresidente de la CNFROS, George Sabra, aseguró a Efe que la renuncia de Al Asad será la condición principal para que su grupo participe en la conferencia, en la que tienen previsto tomar parte representantes del régimen.

"No es posible que un hombre que cometió crímenes contra la humanidad continúe en su cargo", señaló Sabra en referencia a Al Asad, y añadió que el mandatario supone un obstáculo ante cualquier proyecto de transición.

El veterano dirigente opositor pidió que haya un compromiso previo para que Al Asad dimita y que el Gobierno transitorio estipulado en la primera conferencia de Ginebra tenga competencias ejecutivas completas, incluidas las del presidente.

Sabra admitió la necesidad de un consenso entre los países vinculados con la crisis en Siria, pero destacó que "el mundo no puede imponer una solución si esta no es aceptada por el pueblo sirio".

La segunda conferencia de Ginebra fue propuesta por Washington y Moscú en mayo pasado para dar una salida política al conflicto y aplicar la iniciativa acordada en la ciudad suiza en junio de 2012, que estipula la formación de un Gobierno de transición integrado por figuras del régimen y de la oposición.

Por su lado, el coordinador general del CCN, Hasán Abdelazim, que anunció su participación en Ginebra 2, ve necesario que la crisis se solucione a través de un encuentro internacional porque el conflicto, en su opinión, ya ha rebasado la esfera nacional.

Abdelazim explicó a Efe que la solución política, a través de un acuerdo entre opositores y leales al régimen, pondrá fin al viejo sistema y establecerá uno nuevo que conceda competencias completas al Gobierno transitorio.

A su juicio, el previsto Ejecutivo tendrá, entre otras, las prerrogativas para redactar una nueva Constitución y convocar comicios presidenciales.

"No hay otra alternativa al consenso. Sin el consenso, la única alternativa será Al Qaeda", remachó.

Pese a los esfuerzos mediadores, la violencia sigue sacudiendo Siria, donde desde marzo de 2011 han muerto más de 100.000 personas, según la ONU.

El exministro egipcio de Exteriores y analista Mohamed Al Urabi calificó, en declaraciones a Efe, de "irreal" la condición de la renuncia previa de Al Asad porque, a su juicio, el régimen sigue fuerte sobre el terreno y controla todavía gran parte del país.

Al Urabi, reputado por sus intervenciones sobre el conflicto sirio en los medios árabes, consideró que "cualquier solución política tiene que pasar por un proceso de superposición, es decir, que una administración entre y otra salga con un periodo de trabajo conjunto para evitar el vacío".

El diplomático añadió que la crisis está sometida a los intereses internacionales, cuyos actores todavía no tienen una alternativa a Al Asad.

Ante la ausencia de esa alternativa, las partes que no han encontrado una opción favorable tratarán de llevar a cabo maniobras de dilación y así se alargará la crisis, en su opinión.

Por su lado, la escritora opositora Mais Kryde ve que las reacciones de las facciones de la oposición no reflejan la voluntad popular, sino los intereses de las fuerzas internacionales que las controlan, lo que vuelve difícil conocer las aspiraciones reales del pueblo sirio.

Para Kryde, actualmente no existe en Siria una opinión pública a causa del miedo, por lo que los grupos, tanto oficialistas como opositores, solo adquieren valor en función de ser reconocidos por el régimen o por los actores internacionales.

En medio de esas reacciones de la oposición política, la mayoría de los grupos armados que luchan contra el régimen, islamistas o laicos, ya ha anunciado su rechazo a la conferencia de Ginebra 2 y algunos de ellos consideran un acto de "traición" acudir a esta reunión, que todavía no tiene fecha.

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