La educación socioemocional reduce un 93% el abandono escolar


La implicación de los adultos y el desarrollo de una verdadera inteligencia emocional son determinantes en el futuro desarrollo profesional y vital del adulto, según afirmó este jueves Linda Lantieri, directora del programa para la recuperación emocional de escuelas en Nueva York tras el 11-S.
Durante su participación en una jornada sobre educación emocional de Fundación Balia, Lantieri señaló “cinco factores fundamentales en el futuro académico y profesional del niño: Mantener una relación positiva y estimulante con al menos un adulto, disponer de espacios seguros y positivos donde pasar el tiempo además de la escuela, recibir una educación afectiva, rodearse de adultos con altas expectativas hacia él y tener la oportunidad de ayudar a otros.
“Si se dan estos cinco factores, el riesgo de abandono escolar disminuye un 93% incluso en ambientes marginales”, señaló
Además, Lantieri apuntó que los alumnos así educados tienen 15 y 10 veces menos posibilidades de cometer un crimen o consumir drogas, respectivamente.
Según la experta en aprendizaje socioemocional, estudios realizados sobre distintas experiencias en este sentido e investigaciones neurológicas en EEUU así lo demuestran, y además confirman una mejoría en el clima de las clases, las relaciones entre profesores y alumnos y en el rendimiento académico general.
La clave es que los estudiantes adquieran habilidades básicas como la resolución de problemas, la toma responsable de decisiones, el manejo de situaciones frustrantes o estresantes, la capacidad de comunicar emociones y de escuchar o el desarrollo de la empatía, explicó.
Para ello, los mismos profesores deben recibir esta educación, señaló Lantieri, y apostó por una educación socioemocional integrada en la escuela e “impartida por los mismos maestros”.
LA MADRE DE LAS CIENCIAS
En el encuentro participó también el filósofo José Antonio Marina, quien subrayó “la necesidad de recuperar la trascendencia de la educación y convertirla en la gran superciencia”.
En su opinión, “la mejora del cociente intelectual será el gran negocio del próximo decenio”, y vendrá de mano de “la selección genética, una simbiosis intensiva entre hombre y ordenador y los medicamentos”.
Con los científicos “superespecializados” en sus respectivas disciplinas y “los actuales filósofos encerrados en sus torres de marfil, nos toca a los educadores decidir cómo será dicha mejora”, apuntó Marina.
Por ello, pidió “una formación superior” para los suyos y reivindicó una inteligencia que incorpore a las nuevas generaciones “recursos sociales, emocionales, ejecutivos y también morales”.

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