La FIDH condena el aumento de la aplicación de la pena de muerte en Egipto

El Cairo, 25 jun.- La Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) condenó hoy el "alarmante aumento" de la aplicación de la pena de muerte por parte de las autoridades egipcias, a las que pidió su abolición.

En un comunicado, la FIDH informó de que el pasado 16 de junio, tres hombres y una mujer fueron ejecutados en la cárcel de Asiut (sur), después de haber sido declarados culpables de robo y asesinato.

Tres días después, la pena de muerte fue aplicada a tres hombres en una prisión de El Cairo y a otros dos en la de Burg al Arab, en Alejandría (norte), sentenciados por asesinato.

La FIDH recordó que hasta entonces no se había registrado ninguna ejecución en las prisiones egipcias desde octubre de 2011.

Por ello, el presidente de la FIDH, Karim Lahidji, calificó estas ejecuciones de "paso peligroso".

El dirigente de la organización añadió que se trata de "un preocupante precedente en el actual contexto en el que los tribunales egipcios están dictando masivas penas de muerte contra opositores políticos en juicios marcados por irregularidades y violaciones".

En la nota, la FIDH insta a la cancelación de esas sentencias de muerte y a la repetición de los juicios para que se lleven a cabo con garantías de justicia acordes con los estándares internacionales.

La federación llamó a la Comisión Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos a pronunciarse sobre la ilegalidad de estos procesos que han llevado a masivas penas capitales.

"Las autoridades egipcias deben abolir la pena de muerte para todos los crímenes e imponer una moratoria inmediata" al respecto, subrayó la vicesecretaria general de la FIDH, Florence Belivier.

El pasado 21 de junio, el tribunal penal de Minia (sur de Egipto) condenó a muerte a 183 supuestos seguidores de los Hermanos Musulmanes, entre ellos el líder de la cofradía, Mohamed Badía, por disturbios y actos de violencia en esa provincia el pasado agosto.

Según informó la agencia estatal de noticias Mena, otros 496, sobre un total de 683 acusados, fueron absueltos, mientras que cuatro personas recibieron una sentencia a cadena perpetua.