La llegada de barcos de rescate, un momento que puede terminar en drama

  • La llegada de los socorristas por mar es un momento de peligro para los migrantes hacinados en embarcaciones vetustas y con vías de agua, que puede acabar en tragedia.

El número de inmigrantes que ha perdido la vida en el Mediterráneo, frente a las costas de Libia, en naufragios ocurridos ante los mismos socorristas, es impresionante.

En abril pasado, 1.200 personas se ahogaron en dos naufragios, los dos ocurridos por el movimiento en grupo de los pasajeros, quienes hicieron perder el equilibrio de la embarcación al agolparse sobre un lado cuando se dieron cuenta que habían llegado a rescatarlos.

En los dos casos el barco estaba sobrecargado y se volcó en pocos minutos, engullendo a los migrantes antes de la llegada de los primeros socorros.

"Son barcos inestables, sobrecargados, fabricados de manera artesanal y a los que fácilmente se les hace una brecha", explicó a la AFP Filippo Marini, vocero de la Guardia Costera italiana.

"Si no se controlan los movimientos a bordo, se vuelcan fácilmente", aseguró.

La mayoría de los emigrantes que han llegado a Italia en los últimos meses han sido rescatados por navíos militares y buques mercantiles en medio del Mediterráneo.

En muchos casos, a las embarcaciones de los emigrantes le estaba entrando agua, los pasajeros se encontraban en pésimas condiciones físicas, con sed, agotados por la travesía, psicológicamente debilitados.

"Son personas muy agitadas, atemorizadas, que han pasado por momentos terribles, a los que invade el pánico", sostiene Flavio Di Giacomo, portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones.

La llegada de los socorristas "es el momento crucial", sostiene Paula Farias, responsable de Médicos Sin Fronteras (MSF), cuyos barcos han salvado desde abril a más 10.000 inmigrantes frente a las costas de Libia

Una serie de medidas deben ser aplicadas para evitar la tragedia, entre ellas invitar a los emigrantes en varios idiomas a permanecer sentados y a no moverse, hasta la llegada de las lanchas neumáticas, con chalecos salvavidas.

Pero muchos de esos pasajeros, están desesperados y atemorizados, tal como ocurrió el miércoles cuando el navío militar irlandés "Niamh" divisó al barco pesquero con 600 a 700 inmigrantes a bordo.

No muy lejos se encontraba un barco de Médicos Sin Fronteras, que asistió a la tragedia.

Los llamados a la calma no surtieron efecto y el barco se volcó.

Rápidamente fue dispuesta una operación de rescate, con siete barcos y helicópteros que arrojaban chalecos y salvavidas a los náufragos.

Gracias a ello pudieron salvar a 370 personas, entre ellos tres niños pequeños.

"Es más difícil cuando se trata de buques mercantes, porque no tienen los instrumentos adecuados, hay que emplear escaleras de cuerda muy altas", comentó Di Giacomo.

"No es fácil y aún más difícil cuando es de noche", agregó tras recordar la pesadilla de abril, cuando se ahogaron 800 inmigrantes y sobrevivieron sólo 28, la peor tragedia registrada hasta ahora.

Italia culpó al capitán del barco naufragado, que además chocó contra el mercante portugués que prestó auxilio y transportaba a buena parte de los pasajeros encerrados en bodegas.

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