La madre de un presunto bebé robado declara mañana ante un juez de Madrid

  • Francisca Rivas declarará mañana en el Juzgado de Instrucción número 6 de Madrid por la presunta desaparición de su hijo recién nacido en la madrileña Clínica de Santa Cristina en 1964 con la esperanza de que la Justicia le ayude a encontrarlo.

Madrid, 2 jun.- Francisca Rivas declarará mañana en el Juzgado de Instrucción número 6 de Madrid por la presunta desaparición de su hijo recién nacido en la madrileña Clínica de Santa Cristina en 1964 con la esperanza de que la Justicia le ayude a encontrarlo.

"Si ahora apareciese, lo único que siempre he querido decirle es que a mí nunca se me hubiera ocurrido darlo en adopción o deshacerme de él", afirma Rivas en una entrevista con Efe.

Muestra su deseo de que la Justicia busque a su hijo, en España o en el extranjero, y descubra a los responsables de los casos de bebés robados que repartieron a los pequeños por distintos países "como si fueran cartones de huevos".

Rivas ingresó en la Clínica Santa Cristina, en Semana Santa, el 15 de abril de 1964 y, al día siguiente, el 16 de abril, dio a luz a su segundo hijo, al que le dio de mamar cada tres horas hasta que el 18 de abril, cuando sus familiares fueron a buscarla a ella y al bebé para llevarlos a casa, les dijeron que el pequeño había muerto.

Recuerda que el día 18 de abril, por la tarde, después de darle de mamar al niño, "de buenas a primeras", una enfermera, acompañada de una auxiliar, le vendó el torso hasta los hombros, ella preguntó para qué lo hacían y le contestaron que era para "la subida de la leche", pero aquello no le pareció "normal".

Con posterioridad, una enfermera le inyectó un sedante en la vena del brazo derecho para que "no chillara ni dijera nada" en lo que considera que uno de los momentos "más penosos" de su vida.

Mientras tanto, a su marido y otros familiares, les comunicaron que el bebé había fallecido y que la maternidad se hacía cargo de todo, pero nadie vio el cadáver del niño.

"Les dijeron que el entierro sería el día 19 de abril, por la mañana, pero, dos horas antes, toda mi familia estaba allí para verlo, pero el bebé no estaba ni vivo ni muerto ni de ninguna manera", indica Rivas.

Una monja, a la que no le vio la cara, le dio a su suegra una hoja de un cuaderno de cuadrícula con la referencia del lugar donde estaba enterrado el bebé en el cementerio de La Almudena, pero "allí había un agujero, donde no había nada", explica.

Esta madre asegura que siempre ha sospechado que le quitaron a su hijo, un bebé que pesó cinco kilogramos, fuerte, moreno y con los ojos azules, pero señala que en aquellos tiempos no se atrevió a denunciar por temor a que la ingresaran en el psiquiátrico de Leganés (Madrid).

Rivas detalla que hace años empezó a reunir documentación para buscar a su hijo hasta que se hizo miembro de la Asociación Sos Bebés Robados de Madrid y se decidió a denunciar su caso en el Juzgado.

Su abogado, Orlando Gutiérrez, destaca que hay varias circunstancias "anómalas" en este caso, como la falta de coincidencia de las fechas de nacimiento, defunción e inhumación en distintos documentos.

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