La peligrosa lucha de una mujer contra las negligencias médicas en Tailandia

  • Solero Bangkok, 4 ene.- Sufrir amenazas de muerte, perder todo su patrimonio o tratar día a día la discapacidad de su hijo son algunos de los obstáculos que ha tenido que superar Preeyanan Lorsermvattana hasta liderar una campaña a favor de una ley más justa contra las negligencias médicas en Tailandia.

Ricardo Pérez-Solero

Bangkok, 4 ene.- Sufrir amenazas de muerte, perder todo su patrimonio o tratar día a día la discapacidad de su hijo son algunos de los obstáculos que ha tenido que superar Preeyanan Lorsermvattana hasta liderar una campaña a favor de una ley más justa contra las negligencias médicas en Tailandia.

La lucha de Preeyanan se remonta 23 años atrás, cuando, según contó a Efe, una serie de supuestos errores médicos provocaron una infección en el cuerpo de su recién nacido que destruyó sus articulaciones, redujo su movilidad y le provocó dolores de por vida.

"No quería denunciar, trate de hablar con el Consejo Médico de Tailandia, con el dueño del hospital, (...) cuando mi marido preguntó por el historial médico del caso, los doctores me desafiaron a ir a los tribunales", explicó Preeyanan.

Esta ama de casa tailandesa se querelló con el hospital y también con los 33 miembros del Consejo Médico de Tailandia, el órgano profesional que, entre otras funciones, estudia si existe fundamento para los casos de negligencia.

A pesar de que el Comité Nacional de Derechos Humanos le daba la razón, el Tribunal Supremo falló finalmente a favor del hospital y la activista se desmayó en medio de la sala.

"Luché sola durante años, no tenía dinero, ni casa", relató la activista con la voz temblorosa: "perdí todo; y mi dignidad".

Cuando Preeyanan había perdido la esperanza, la atención mediática que despertó su caso atrajo el apoyo de benefactores anónimos que le ayudaron económicamente y de algunos médicos.

Uno de estos doctores es Vichay Chokviwat, miembro del Consejo Médico de Tailandia durante 18 años, que compara a esta madre tailandesa con "Don Quijote o Juana de Arco".

"Tienen que luchar (los pacientes) no solo contra el doctor sino contra todo el sistema, el ministerio, el equipo del doctor, el administrador del hospital, todo el ejército... tienen que pagar a los abogados, mientras que el hospital cuenta con un abogado del Gobierno", criticó el doctor.

Consciente de la necesidad de luchar acompañada, la activista fundó la Red Tailandesa para los Errores Médicos en 2002, una asociación que apoya moralmente y asesora a los afectados por negligencias médicas.

Julie Munro, presidente de la Alianza para el Turismo Médico de Calidad, reconoce que en Tailandia, destino anual de millones de pacientes internacionales, demostrar un error médico es "virtualmente imposible".

Por esta razón la Red Tailandesa para los Errores Médicos busca aprobar un borrador de ley que extienda el actual sistema de compensación, independiente de la vía penal y que cubre a un 75 % de la población, a todos los tailandeses.

La propuesta comprende, entre otras cosas, establecer un fondo de compensaciones a través de comités independientes provinciales que será financiado en parte por los hospitales privados.

Sin embargo, el doctor Somsak Lolekha, presidente durante 23 años del Consejo Médico de Tailandia, considera que la reforma propuesta "no es apropiada porque el aumento del presupuesto provocará que más pacientes denuncien solo por el dinero".

La crítica es a pesar de que informes del Ministerio de Salud de Tailandia descartan una correlación relevante entre el aumento en el presupuesto del fondo de compensaciones durante los últimos 10 años y el número de peticiones.

Según Preeyanan, existen intereses políticos y económicos involucrados y, en ocasiones, los miembros de su red sufren amenazas.

En 2007, año especialmente conflictivo entre médicos y pacientes, Raweewan Setarat, una mujer de la red que se encontraba en un litigio con un cirujano plástico, Kaweewat Hengsawat, fue tiroteada en la puerta de su casa sin que hasta hoy se haya encontrado a los culpables.

A pesar de las adversidades, la activista entregó al ministro de Sanidad el pasado octubre 20.000 firmas a favor del borrador, con la esperanza de que el actual Gobierno militar golpista, que se presenta como adalid en la lucha contra la corrupción, apruebe la ley.

El camino no será fácil, la última amenaza anónima a Preeyanan se lo recuerda: "me preocupo por ti, no creo que puedas vivir mucho tiempo, creo que tu vida terminará pronto de alguna manera porque estás jugando con poderes que están por encima de la ley".

Mostrar comentarios