La seguridad, cabeza de serie en la Eurocopa-2016

Debido al contexto, el Palacio de Congresos de París, donde se concentrará la flor y nata del fútbol mundial para este sorteo previsto el sábado a las 17h00 GMT, estará más vigilado que nunca.

Será el primer signo concreto del hecho de que los organizadores de la Eurocopa (7 millones de visitantes anunciados) pusieron el dosier como una prioridad, a seis meses del inicio y un mes después de los ataques del 13 de noviembre (130 muertos y centenares de heridos en París y en los alrededores del Stade de France durante el amistoso Francia-Alemania).

"El riesgo terrorista, desde la redacción del dosier de candidatura, está considerado como un tema clave, máximo", indicó a la AFP el 14 de noviembre el presidente del comité de organización, Jacques Lambert.

"Tras los atentados (de enero como de noviembre), hemos procedido simplemente a una reevaluación. De un riesgo teórico, hemos pasado a un riesgo palpable. Eso refuerza la necesidad de ser más vigilante, más riguroso", añade. Eso implica al gobierno francés, ciudades organizadoras y comité de organización, que depende de la UEFA.

Antes incluso de esta reevaluación, forzosamente sinónimo de revisión presupuestaria al alza, algunas de las diez ciudades organizadoras (Lille, Lens, Saint-Denis, París, Lyon, Saint-Etienne, Burdeos, Toulouse, Niza, Marsella) ya han sacado las consecuencias del contexto posterior al 13 de noviembre, ya que la UEFA solo se hace cargo de la seguridad de los estadios, campos de entrenamiento y hoteles oficiales.

De este modo, Toulouse y Saint-Etienne han cuestionado la organización de las fan-zones, los perímetros festivos que la UEFA recomienda instalar en el corazón de las ciudades para albergar a los aficionados, antes y durante los partidos.

Si París y Marsella han confirmado su programa inicial, otras ciudades esperan haber establecido un diagnóstico de las necesidades presupuestarias y las propuestas concretas del Estado y de la UEFA antes de decidir la suerte de sus fan-zones.

El 24 de noviembre, Bernard Cazeneuve, ministro del Interior, había reafirmado querer hacer todo "para que las fan-zonas puedan ser organizadas" con varias condiciones: generalización de la videovigilancia y del registro y cacheo en los puntos de control, aumento del número de agentes de seguridad y control de los empleados y repartidores antes del acceso a las fan-zones.

El ministro anunció por otra parte una evaluación de las necesidades suplementarias sitio por sitio, que debería comenzar en enero, y una repartición del aumento de gastos por seguridad entre las tres entidades: Estado, ciudades organizadoras y UEFA.

Más que nunca por lo tanto, "las fan-zonas serán lo que la ciudades decidan hacer con ellas", según la fórmula de la UEFA, dejando incluso la puerta abierta a Toulouse o Saint-Etienne a renunciar a montarlas.

Concretamente, verjas giratorias y cámaras de videovigilancia podrían ser instaladas y un millar de agentes de seguridad privados serían contratados, un punto espinoso debido a la falta de personal.

"La capacidad de las sociedades de seguridad privadas para responder a las ofertas condicionará la dimensión de las fan-zones", según Alain Juppé, alcalde de Burdeos y presidente del club de ciudades organizadoras.

La UEFA estudiará con lupa el sorteo del sábado para determinar los partidos potencialmente generadores de incidentes, sobre todo entre aficionados. Pero eso para ella es una rutina.

"Nunca tenemos el mismo dispositivo para dos partidos diferentes", explica Lambert.

"Una vez que el sorteo haya terminado, cada partido será objeto de una evaluación por nuestra parte, a nivel de servicios de seguridad francés y sobre todo en las conversaciones con las policías de los países concernidos. Eso determinará el nivel de riesgo del partido y por tanto la seguridad", añade.

"Honestamente, ahora, los riesgos ligados al hooliganismo son netamente secundarios con respecto a los terroristas. No los minusvaloramos, pero los otros nos preocupan más", concluye.

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