Largas procesiones de penitentes conmemoran en Irán la muerte de Fátima

Teherán, 14 abr.- Largas procesiones de penitentes, estrictamente segregados por sexos, los hombres delante y detrás las mujeres, conmemoraron hoy en Irán la muerte de Fátima, cuarta hija del profeta Mahoma y de su primera mujer, Jadiya, y esposa de Ali, el primer imán de los musulmanes chiíes.

Vestidos de negro riguroso y entonando himnos fúnebres, mientras se daban golpes de pecho, los penitentes recorrieron hoy los diversos barrios de Teherán tras la oración musulmana del mediodía, encabezados por pancartas con lemas en recuerdo de la mujer que fue transmisora de la sucesión familiar de Mahoma en el Islám chií.

En algunos casos, los penitentes también se golpean la espalda con cuerdas y, en algunos casos, se flagelan a sí mismos con dureza, aunque las autoridades religiosas del país, el único del mundo con un régimen teocrático musulmán chií, censuran el que se puedan causar daños, como sucedía históricamente.

Desde el miércoles pasado y hasta hoy, que es festivo en Irán, en mezquitas de grandes ciudades y pequeñas aldeas se entonan cantos fúnebres en recuerdo de Fátima y su familia y los clérigos chiíes narran su vida según la tradición de esta rama del Islám.

Las cadenas de radio y canales de televisión iraníes dedican hoy gran parte de sus emisiones a la vida de las grandes figuras del Islám y las ceremonias que se celebran en los santuarios chiíes, además de películas y series que ejemplarizantes sobre la vida de Mahoma y los doce imanes de los chiíes duodecimanos.

Fátima, que nació en 606 en La Meca y murió en 632 en Medina, en Arabia, tuvo con Ali, su esposo y primo de Mahoma, dos hijos, Hasán y Husein, y dos hijas, Zainab y Umu Kulzum.

La historia personal y familiar de Fátima y Ali es motivo de disputa y diferencias entre los musulmanes suníes y los chiíes, tanto por su significación religiosa como por su importancia en el desarrollo del Islám.