Las muertes de agentes de la CIA completa año con más bajas para EE.UU. en Afganistán

  • Washington.- La muerte de siete empleados de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en un ataque con explosivos en Afganistán cerró el año en el que Estados Unidos ha sufrido más bajas en ese país desde la invasión en 2001.

La CIA confirma la muerte de siete de sus agentes en Afganistán
La CIA confirma la muerte de siete de sus agentes en Afganistán

Washington.- La muerte de siete empleados de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en un ataque con explosivos en Afganistán cerró el año en el que Estados Unidos ha sufrido más bajas en ese país desde la invasión en 2001.

Este ataque es, además, uno de los más graves en la historia de los servicios de inteligencia de Estados Unidos.

Un hombre que cubría con un uniforme del Ejército Nacional Afgano un chaleco con explosivos, entró el miércoles en la Base Chapman de Operaciones, en la provincia de Khost, y detonó su arma matando e hiriendo a varias personas.

Khost es limítrofe con la región tribal de Waziristán Norte en Pakistán, desde donde los talibanes y sus aliados lanzan ataques a través de la frontera. Un portavoz talibán atribuyó a ese movimiento el ataque en la base estadounidense.

La CIA confirmó hoy en un comunicado que en el ataque murieron siete empleados de la agencia y otros seis resultaron heridos. Sin embargo, el director de la agencia, Leon Panetta, ordenó que no se divulguen más detalles de los agentes "por la naturaleza de su misión y otras operaciones en marcha".

El ataque puede ser el más letal contra la principal agencia de espionaje y operaciones clandestinas de Estados Unidos que, desde su creación en 1947, ha perdido 90 funcionarios en acción.

Los muertos y heridos, dijo Panetta en un comunicado a los empleados de la agencia, "estaban lejos de la patria y cerca del enemigo, realizando la dura tarea que debe realizarse para proteger a este país contra el terrorismo".

A los muertos "les debemos nuestra gratitud más profunda y prometemos a ellos y a sus familias que jamás cesaremos de luchar por la causa a la cual ellos dedicaron sus vidas: una nación protegida", indicó Panetta.

"Ésta es la pesadilla que anticipábamos desde que fuimos a Afganistán e Irak", dijo al diario The Washington Post, John McLaughlin, un ex subdirector de la CIA que ahora es miembro de la junta directiva de un grupo que apoya a hijos de funcionarios de la agencia muertos en cumplimiento de su deber.

"Nuestra gente a menudo está allí, en la línea de frente, sin una adecuada protección, y arriesgan sus vidas", añadió.

La CIA honra y recuerda a sus muertos con estrellas talladas en un muro de mármol en su edificio central de Langley.

Por su parte, el diario The New York Times señaló que "el ataque ocurrió cuando la agencia ha estado incrementando de manera sostenida su presencia en Afganistán y Pakistán, y a veces ha enviado agentes a bases remotas en lugar de mantenerlos en las embajadas, custodiadas, de Kabul e Islamabad".

El ataque cerró un año en el cual por lo menos 310 soldados de Estados Unidos murieron en Afganistán. Desde la invasión de ese país en octubre de 2001, han muerto en acción de combate o en otras circunstancias por lo menos 949 militares estadounidenses, pero la cifra de este año duplica la de 2008.

También ha sido un año luctuoso para los aliados de EE.UU. en la operación de Afganistán. En 2009 murieron en ese país 107 soldados británicos, 32 canadienses, 11 franceses, nueve italianos, y ocho polacos. En total, desde 2001, han muerto en Afganistán por lo menos 1.567 soldados de EE.UU. y sus aliados.

El total de bajas de las fuerzas extranjeras este año ha sido de por lo menos 520 soldados, comparado con 295 en 2008 y 232 en 2007.

La presencia de personal de las agencias de espionaje y operaciones clandestina y de las fuerzas militares especiales ha adquirido mayor importancia en Afganistán donde el presidente de EE.UU., Barack Obama, ha ordenado una estrategia de contrainsurgencia.

En abril Obama ordenó la adición de 21.000 soldados al contingente estadounidense en Afganistán, y en diciembre ordenó el envío de otros 31.000, con lo cual hacia mediados del año que viene habrá en ese país unos 100.000 soldados estadounidenses.

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