Las peticiones de ayuda a Cáritas para alimentos y vivienda suben un 41%

  • Madrid.- Las peticiones de ayuda a Cáritas para alimentación y para afrontar dificultades a la hora de mantener la vivienda han subido en casi un 41 por ciento en el primer semestre de 2009, cuando han llegado 200.000 nuevos solicitantes.

Las peticiones de ayuda a Cáritas para alimentos y vivienda suben un 41%
Las peticiones de ayuda a Cáritas para alimentos y vivienda suben un 41%

Madrid.- Las peticiones de ayuda a Cáritas para alimentación y para afrontar dificultades a la hora de mantener la vivienda han subido en casi un 41 por ciento en el primer semestre de 2009, cuando han llegado 200.000 nuevos solicitantes.

Hombres divorciados, pequeños empresarios arruinados y personas mayores -en especial viudas- que avalaron con su casa la compra de una vivienda para sus hijos, son algunas de las personas que se acercan a Cáritas por primera vez a pedir ayuda.

Esta "avalancha asistencial" producto de la crisis económica ha obligado a esta organización de la Iglesia católica a aumentar en un 58 por ciento el número de ayudas alimentarias y en un 50 por ciento de ayudas a la vivienda.

Estos son algunos de los datos recogidos en el informe "Cáritas ante la crisis" sobre demandas atendidas a través de la red de acogida y atención primaria de la organización en el primer semestre de 2009.

"En 2008 perdieron sus trabajos y ahora, cuando ya han agotado las prestaciones y subsidios, están perdiendo sus casas" ha resumido la coordinadora del área de Análisis Social y desarrollo de la organización, Ana Abril, en la presentación del informe.

Abril ha subrayado que entre 2007 y 2009 la demanda de ayudas de asistencia ha aumentado un 80 por ciento, a consecuencia de la crisis, que también ha producido un incremento en el número de donantes y de voluntarios que recibe la organización.

En estos seis meses también ha cambiado el perfil de las personas que piden ayuda, muchos de ellos por primera vez, o que habían logrado encontrar un trabajo y una vivienda y ahora lo han vuelto a perder.

Así, Cáritas se ha encontrado por primera vez con muchos jóvenes con poca formación que no encuentran un primer trabajo, un considerable aumento de personas de hogares con "cero ingresos" y familias jóvenes (de entre 20 y 40 años) con niños pequeños.

Las mujeres solas con cargas familiares, inmigrantes llegadas por reagrupación familiar y con más de 40 años que por primera vez buscan trabajo, y hombres solos, de más de 45 años, separados o divorciados que al quedar en paro no pueden afrontar el pago de un lugar donde vivir, son otros de los grupos que más solicitan ayuda.

El estudio también detalla cómo los españoles que más piden ayuda son núcleos con un cabeza de familia varón, en paro, que no pueden afrontar sus hipotecas o créditos personales y han agotado las ayudas públicas y los apoyos familiares.

Entre ellos, muchos autónomos de pequeños comercios o talleres que han tenido que cerrar al quedar arruinados y con muchas deudas a trabajadores y proveedores por impago de clientes.

En cuanto a los extranjeros regularizados, Cáritas ha observado un claro aumento de familias o personas que han perdido su empleo de baja cualificación o incluso "relativamente cualificado" en la construcción, muchas de ellas dispuestas a seguir trabajando sin sueldo pero manteniendo su cotización a la Seguridad Social para no perder sus derechos.

El mayor riesgo lo corren aquellas personas que deben renovar la autorización temporal de residencia y trabajo porque agotan los plazos sin encontrar ocupación y pasan a una situación de irregularidad, ha apuntado Cáritas.

Por tipo de ayuda solicitada, la demanda "más extensa e intensa" es para comprar alimentos o de asistencia en comedores y economatos, subraya el informe.

En segundo lugar, figuran las peticiones de ayuda para afrontar pagos de hipotecas, alquileres o incluso suministros como agua o luz.

Las dificultades en este apartado han provocado un aumento del "hacinamiento severo" con el alquiler de habitaciones a "precios abusivos y el aumento de familias completas que viven en una sola habitación porque no pueden acceder a una vivienda".

Cada vez más frecuentes son también los casos de reclamación de avales por impago de hipotecas que afectan especialmente a los familiares (sobre todo viudas mayores) o amigos que actuaron como avalistas con sus viviendas en propiedad.

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