Kim Davis ha estado en prisión desde el jueves pasado por desacato a la autoridad.
La cristiana devota de 49 años se negaba a emitir las licencias de bodas alegando que sus creencias religiosas la oponen al matrimonio gay, que es legal desde junio en todo Estados Unidos.
Un juez federal ordenó que sea ya liberada, dado que cinco de los seis adjuntos de Davis en el condado de Rowan "declararon bajo juramento que obedecerán la orden de la corte y emitirán certificados de matrimonio a todas las parejas legalmente aptas".
Davis recibió la orden de "no interferir de ninguna manera, directa o indirectamente", con la emisión de tales certificados, escribió el juez David Bunning, advirtiéndole que será sancionada si no lo hace.
Al negarse a emitir las licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo, Davis pasó de ser una simple funcionaria pública a una heroína para millones de estadounidenses que se oponen al matrimonio gay. Incluso fue alabada por varios de los candidatos presidenciales del opositor Partido Republicano.
A fines de junio, la Corte Suprema de Estados Unidos legalizó el matrimonio entre homosexuales en todo el país, una decisión histórica y una victoria emblemática del presidente demócrata Barack Obama.
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