Los condecorados por el rey destacan "su cercanía, amabilidad y compromiso" con los españoles


El Rey condecoró este viernes con la Orden al Mérito Civil a 38 'héroes anónimos', gente corriente que trabaja duro, que es honesta y solidaria, "un reflejo de la mejor realidad cotidiana de España", "los que hacéis grande a España", dijo don Felipe de ellos. Los premiados destacaron tras la recepción con los Reyes, la "cercanía, amabilidad y el compromiso" que tienen con todos los españoles.
Felipe VI, que hoy cumple un año como Rey de España, no ha querido fiestas ni homenajes personales, sino rendir él un sentido tributo a un puñado de ciudadanos con conductas ejemplares, algunos de ellos, héroes, como el paraguayo Hugo Daniel López, que el 25 de diciembre de 2014 puso su vida en peligro para salvar la de la persona a la que cuidaba, Trifón Abad, un anciano de 92 año que vive en Marchena (Murcia). López, que aún se recupera de las graves heridas infligidas por el fuego, sin titubear contestó a los periodistas que "volvería a hacerlo". También confesó entre lágrimas que el Rey le había dicho "tú eres un héroe".
Otros héroes de la vida cotidiana son Jesús Jambrina y Consuelo Campos, matrimonio de maestros jubilados de Teruel, que no sólo echan una mano a sus hijos, con los nietos sino que son activos voluntarios que ayudan a drogodependientes. Ambos estaban "muy honrados" y Jesús explicó que le había regalado al Rey "un pin del torico de Teruel" que don Felipe aceptó. "Los Reyes son estupendos", dijo al unísono este matrimonio turolense.
Luchar contra el mar y arrebatarle sus manjares más preciados, los mariscos, es como se gana la vida Alicia Rodríguez, una mariscadora de Moaña (Pontevedra), que ofreció su condecoración a "todas mis compañeras, no sólo a las de Moaña, que trabajan duro todos los días", pero sobre todo, a las más veteranas como ella, que empezaron a trabajar sin botas ni guantes de plástico contra las olas.
El más joven de los premiados, Fernando García Osorio, de 30 años, un investigador en bioquímica, hijo de una humilde familia minera de la cuenca asturiana, era también el más nervioso, se notaba que prefiere el laboratorio a las cámaras. Agradeció a los Reyes el galardón, "que no es para mí, sino para todos los compañeros que investigan y que luchan por la ciencia".
Son 38 historias de superación, honestidad, solidaridad, de gente que no permanece indiferente ante la injustica, que tienen sus corazones repletos de generosidad hacia sus semejantes y que nunca habían soñado con recibir este homenaje, pero como dijo el Rey en su discurso, "no renunciéis nunca a vuestros sueños, simplemente por ser sueños: pues como decía Pedro Salinas, todos los sueños, todos vuestros sueños, pueden ser realidad, si el sueño no se acaba".

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