Los emprendedores españoles también se atreven en Polonia

  • Los emprendedores españoles también se atreven en Polonia, un país alejado del estereotipo de destino de negocios o de grandes oportunidades donde se enfrentan a los retos de un idioma complicado, una burocracia a veces lenta y una cultura diferente.

Nacho Temiño

Varsovia, 15 feb.- Los emprendedores españoles también se atreven en Polonia, un país alejado del estereotipo de destino de negocios o de grandes oportunidades donde se enfrentan a los retos de un idioma complicado, una burocracia a veces lenta y una cultura diferente.

La gran ventaja de Polonia, reconocen, es que se trata un país emergente, con gran consumo interno, donde el público demanda nuevos servicios y los salarios todavía son relativamente bajos.

"Nosotros nos dimos cuenta de que cada vez hay más turistas polacos que piden una nueva forma de disfrutar sus viajes, y así fue cómo se nos ocurrió crear una web para facilitar reservas online de actividades en destinos como Madrid o Barcelona", explican a Efe Alberto López, madrileño, y Carlos Puertolas, catalán, quienes hace una semana pusieron en marcha www.bookingexperiences.com.

"El potencial del mercado polaco y de toda Europa central-oriental es muy alto; la clase media quiere viajar y demanda que facilitemos la búsqueda de ofertas", señalan los responsables de la que, apuntan, es la primera web que permite en Polonia reservar experiencias con confirmación inmediata de fecha, hora y lugar de disfrute.

Otro de los emprendedores españoles en Polonia es José María Palomé, de Barcelona, quien abrió hace un año y medio en Varsovia el "Instituto Español Barcelona", una academia de idiomas que ha multiplicado por cinco el número de estudiantes desde su nacimiento.

"La gran ventaja de Polonia es que es un país en crecimiento y un mercado dinámico que quiere aprender español. Mi producto se vende bien", asegura José María a Efe.

Llamarse "Barcelona", cuenta, ha servido para que la academia sume más alumnos, ya que "en Polonia esa ciudad es un buen reclamo de España y de todo lo español".

"La Viña" es el nombre que ha elegido el pamplonica Jesús Viscarret, de 65 años, para el bar de tapas que abrió en Varsovia hace dos meses.

Jesús es además importador de productos y vinos españoles desde hace cinco años, algo que le permite competir con proveedores locales, pero que también le ha hecho toparse de frente con la temida burocracia polaca.

"Del uno al diez le pongo un dos", dice, "lidiar con la burocracia polaca ha sido una experiencia muy negativa, especialmente porque el tema de los vinos está mal regulado en Polonia".

A su juicio, "los empleados públicos dejan mucho que desear en cuanto a conocimiento y agilidad. El 80% del personal desconoce muchas cosas y para darte una respuesta tienen hasta 30 días, y tú mientras paralizado".

Para Viscarret, Polonia ha sumado rápidamente todas las obligaciones que exige la Unión Europea, pero no las ventajas que ofrece.

Opinión parecida sostienen los creadores de bookingexperiences.com, quienes tuvieron que lidiar con empleados públicos poco familiarizados con ideas de negocio puramente online e innovadoras como la suya.

Sin embargo, no fue ésa la experiencia de José María Palomé, quien afirma que se hizo autónomo en menos de 15 minutos y que, en tres días, tuvo cerrada toda la documentación necesaria para abrir su academia.

"Aunque la burocracia es a veces complicada, ha cambiado mucho en los últimos diez años", explica, "lo importante si no puedes manejarte en polaco es contar con asesoramiento en español, y eso es cada vez más fácil porque hay más y más españoles viviendo en Polonia".

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