Los shebab, afiliados a Al Qaida, recuperaron el viernes el control de este puerto de gran relevancia táctica, situado a unos 100 km al sur de Mogadiscio. Las tropas de la AMISOM se retiraron de la ciudad sin que se sepa por qué.
Merka, capital de la región de Baja Shabelle, fue uno de los principales bastiones de los shebab entre 2008 y 2012.
"El enemigo huye de las regiones islámicas. La administración islámica comenzó oficialmente a funcionar en Merka y la guerra de los clanes terminó. Nadie es superior a nadie, todas las personas son iguales ante la ley divina", declaró el viernes un dirigente shebab, jeque Mohamed Abu Abdalá, según declaraciones citadas este sábado por una página web shebab.
Un habitante, Mohamed Mowlid, confirmó que los combatientes "patrullan las calles y piden a la gente que evite hacer todo lo que sea contrario a la sharia".
"La ciudad está tranquila (...) y los comercios reabren", explicó otro habitante, Ibrahim Ahmed. "Los que trabajan para la administración local se esconden porque temen por su vida", añadió.
El viernes por la noche, AMISOM aseguró en su cuenta de Twitter que "sigue controlando Merka" y que sólo efectuó "un reajuste de (sus) posiciones por motivos tácticos". Unas afirmaciones que contradicen todos los testimonios recabados por la AFP entre los habitantes o la administración local.
Según distintas fuentes, los comandantes shebab se reunieron con varios jefes comunitarios y con responsables de milicias para pedirles que eviten un conflicto.
La reconquista de Merka - normalmente bajo control del contingente ugandés de AMISOM - constituye un éxito importante para los shebab. Les otorga un acceso al mar, que antes utilizaron para dedicarse a tráficos lucrativos, como el del carbón.
Frente a la potencia mostrada por la AMISOM, los shebab fueron expulsados de Mogadiscio en agosto de 2011, y luego perdieron el grueso de sus bastiones. Desde entonces se han negado por lo general a librar batallas frontales, y han preferido operaciones de guerrilla y los atentados suicida.
Siguen controlando numerosas zonas rurales y son una amenaza tanto para Somalia como para los países vecinos, en particular Kenia, donde efectuaron numerosos atentados que desde 2013 han causado más de 400 muertos.
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