Los lefebvrianos piden más tiempo al Vaticano para decidir si vuelven a Roma

  • La tradicionalista y cismática Fraternidad Sacerdotal San Pío X, conocida como "lefebvrianos", ha pedido al Vaticano más tiempo de "reflexión y de estudio" para dar una respuesta a la Santa Sede sobre si acepta o no las condiciones impuestas para volver a la Iglesia Católica.

Ciudad del Vaticano, 27 oct.- La tradicionalista y cismática Fraternidad Sacerdotal San Pío X, conocida como "lefebvrianos", ha pedido al Vaticano más tiempo de "reflexión y de estudio" para dar una respuesta a la Santa Sede sobre si acepta o no las condiciones impuestas para volver a la Iglesia Católica.

El Vaticano informó hoy de que la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, que se encarga de las relaciones con los lefebvrainos, recibió el pasado 6 de septiembre una comunicación del grupo fundado por el fallecido arzobispo francés Marcel Lefebvre en la que solicitaban "más tiempo" para preparar la respuesta.

El Vaticano se ha mostrado receptivo y en un comunicado señala que "después de 30 años de separación es comprensible que necesiten tiempo para asimilar los cambios".

"Es necesaria la paciencia, la perseverancia y la confianza", subrayó el Vaticano, que destacó el deseo de Benedicto XVI de preservar la unidad de la Iglesia.

Desde hace tres años, la Santa Sede y los lefebvrianos mantienen negociaciones para tratar la vuelta a la comunión con Roma.

En ese tiempo, una comisión conjunta se ha reunido ocho veces para estudiar y discutir algunos temas "controvertidos" como la interpretación de ciertos documentos del Concilio Vaticano II.

Los lefebvrianos rechazan frontalmente el Concilio Vaticano II, que consideran una "herejía" y tildan de "destructivas" para la Iglesia las reformas surgidas del mismo.

Para la Santa Sede, la aceptación del Concilio Vaticano II es vinculante.

El pasado 13 de junio, precisó el Vaticano, la Pontificia Comisión Ecclesia Dei presentó a los lefebvrianos una "declaración doctrinal unida a una propuesta para la normalización canónica de la misma dentro de la Iglesia católica", pero que aún sigue a la espera de una respuesta.

La propuesta contempla la concesión de una Prelatura Personal, similar a la que tiene el Opus Dei, para que dependan directamente del papa y no de las diócesis donde están ubicados.

Los "lefebvrianos" desataron en 1988 un cisma en la Iglesia católica cuando Lefebvre ordenó sin permiso de Juan Pablo II a cuatro obispos, uno de ellos Fellay.

En aras de la buena voluntad para que vuelvan a Roma, Benedicto XVI liberalizó en 2007 la misa en latín y en 2009 levantó las cuatro excomuniones.

El Vaticano les entregó un "preámbulo doctrinal" con las condiciones para que pueda regresar al seno de la Iglesia de Roma, cuyos puntos se desconocen y lo único que se sabe es que contiene algunos principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina católica "necesarios para garantizar la fidelidad al magisterio de la Iglesia".

El pasado mes de julio, el abad Christian Thouvenot, secretario de los "lefebvrianos", envió una carta a los superiores de la fraternidad y a los seminarios que dirigen, en la que señalaba como una condición irrenunciable para volver a la Iglesia Católica poder criticar públicamente "los errores" del Concilio Vaticano II y a sus autores.

Los cismáticos ponen como condición la "libertad de preservar, transmitir y enseñar la sana doctrina de la Tradición de la Iglesia y libertad para defender, corregir y reprender incluso públicamente a los autores de los errores o de las innovaciones modernistas y liberales del Concilio Vaticano II".

También exigen el uso exclusivo de la liturgia de 1962, la que había antes del Concilio Vaticano II, y que se les garantice el nombramiento de un obispo tradicionalista.

La segunda condición está ya concedida, ya que Benedicto XVI liberalizó en 2007 la misa en latín mediante el "motu propio" (documento papal) "Summorum Pontificium".

El problema que se presenta es la aceptación del Concilio Vaticano II, que consideran una "cloaca" que rechazan frontalmente.

Para la Santa Sede, sin embargo, el Vaticano II es "vinculante", según afirmó recientemente el nuevo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (el ex Santo Oficio), Gerhard Müller.

Los "lefebvrianos" cuentan con cuatro obispos, cerca de medio millar de sacerdotes y más de 200.000 fieles repartidos por todo el mundo.

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