El calentamiento global -y por ende el del oceáno- tiene algunas consecuencias en la fauna y los ecosistemas inesperadas. De acuerdo con un artículo publicado en Global Change Biologyla proporción de sexos -machos y hembras- de una especie se antoja vital para asegurar su supervivencia.
Los investigadores han estudiado una especie de pez cuyo sexo depende de la temperatura de su hábitar. Esto es, según a cuántos grados se incube el huevo, el 'pececito' será macho o hembra. Precisamente la subida de temperatura oceánica ha propiciado un 'baby boom' submarino en el que aparecen más peces del sexo apropiado para mares calientes. Generalmente los machos. Supone un problema porque la subsistencia de la especie depende mucho más de ellas que de ellos.
La sabia naturaleza ha provisto una solución que los científicos han tardado su tiempo en descubrir. Lo han hecho gracias al estudio de una misma población durante más de tres generaciones. Así han podido comprobar que los peces consiguen devolver la población a la proporción adecuada de sexos, cercana al 50% de cada uno. Y lo hacen sin migrar a zonas más frescas o cálidas según su necesidad.
Los científicos han podido demostrar que la cantidad de hembras y machos en la tercera generación es igual a la primera, aunque por el momento desconocen cómo lo han conseguido. En su experimento utilizaron dos tanques. En el primero la temperatura del agua estaba por encima en torno a 1,5ºC. En el segundo era de 3ºC . En el primer tanque los peces consiguieron adaptar su ratio de sexos, en el segundo no fue así. Tres grados más de temperatura son demasiados para cualquiera que sea el mecanismo empleado por los peces. Así que sigue habiendo motivos para la alarma.
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