Los salmones remontan el Támesis de nuevo

  • El río londinense era una cloaca hace 30 años. El Gobierno movilizó a cientos de especialistas para recuperar el estuario. Hoy los salmones vuelven a remontar el Támesis.
Sara Acosta

Hace tres siglos, el Támesis era conocido por los enormes salmones salvajes que remontaban el río. Pero la primera revolución industrial enterró a esta especie, en realidad a todas, y convirtió el estuario en cloaca oficial. A mediados del siglo XIX, el hedor era tal, que el Parlamento decidió mudar sus sesiones. El Londres victoriano parecía, según relatan los expertos, un vertedero, plagado de fosas sépticas ilegales y aún así escasas para el exponencial incremento de población que abandonó el campo por la ciudad. El río presumía de ser el mayor portador de aguas negras de Europa.

La situación era insostenible en 1953. Los elevados niveles de contaminación empujaron al Ayuntamiento de Londres a crear un organismo especial para atajar el problema. El Ejecutivo lanzó un ambicioso programa de depuración, para el que recurrió a todo tipo de especialistas, desde geólogos hasta ingenieros y biólogos. El Gobierno desplazó gran parte de la industria y las fábricas viajaron fuera del alcance de los ríos.

Casi medio siglo después, un estudio de la Agencia Medioambiental certifica que el estado de los ríos vuelve a ser como el que registraba antes de la primera revolución industrial. El Támesis ha ganado un premio internacional por la calidad de sus ríos. La Riverfoundation galardonó al río el pasado mes de octubre con el Riverprize por su buen estado de salud.

A mediados de los ochenta, poblaban el río unas 90 especies de peces. Ahora son más de 125, y ya es un hábito ver a los londinenses pasar un domingo de pesca sobre las riberas del Támesis. La medida ha generado ahorros nada desdeñables para el contribuyente en el tratamiento y depuración de aguas residuales, gracias, entre otras herramientas, a la ambiciosa inversión de empresas del sector.

La vida ha vuelto a los ríos de Inglaterra y hoy, especies salvajes dadas por muertas hace 50 años remontan de nuevo los estuarios, como el salmón, la nutria y la rata de agua. Aún no hay una población autónoma de salmones en el Támesis ni en sus afluentes, pero ya tienen de nuevo un camino limpio que recorrer.

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