Los tradicionales mercados navideños de Berlín, puntuales a su cita anual

  • La nieve se hace esperar en la capital alemana, pero los tradicionales mercadillos navideños, puntuales a su cita anual, ya abrieron al público con su habitual oferta de artículos de artesanía, golosinas y delicias culinarias.

Elena Garuz

Berlín, 8 dic.- La nieve se hace esperar en la capital alemana, pero los tradicionales mercadillos navideños, puntuales a su cita anual, ya abrieron al público con su habitual oferta de artículos de artesanía, golosinas y delicias culinarias.

Entre el casi un centenar de mercadillos repartidos por toda la ciudad, el del Gendarmenmarkt, flanqueado por la sala de conciertos de Berlín (Konzerthaus) y las Catedrales Francesa y Alemana, es uno de los más populares.

En este mercadillo, que abrió sus puertas el 21 de noviembre, tallistas de madera, herreros, sastres y otros artesanos muestran los secretos de su profesión, mientras los visitantes pueden combatir el frío con Glühwein (vino caliente con especias) y Feuerzangenbowle (variante del ponche).

Para llenar el estómago, la oferta es amplia: desde la archiconocida salchicha Bratwurst, hasta el delicioso Neuburger Rahmbrot, una especie de pizza pequeña con nata, beicon y hierbas sobre una fina base de pan amasada in situ por el panadero y recién salida del horno artesano.

También existe la opción de matar el gusanillo con el típico Lebkuchen navideño (pan con especias), gofres, nueces tostadas, chips de manzana, castañas calientes y galletas de Navidad.

En los puestos de madera no pueden faltar los adornos alusivos a la Navidad, como figuras de madera, decoración para el árbol y coronas de adviento, para los cuatro domingos previos a la Nochebuena que marcan la cuenta atrás hacia la Navidad.

Para envolver al visitante en un ambiente más navideño si cabe, no pueden faltar los villancicos como música de fondo, a niveles acústicos discretos y totalmente aceptables para el generalmente sufrido oído del consumidor, o al son de las campanas de la catedral.

El mercadillo del Gendarmenmarkt ofrece también un variopinto programa cultural, con actuaciones tanto para niños como para mayores y que incluyen acróbatas, malabaristas, payasos, ángeles en zancos, coros y orquestas, así como algún invitado de talla internacional.

Así, el músico canadiense Michael Bublé se dejó ver el pasado lunes en el escenario del mercadillo, donde interpretó varias de las piezas de su álbum "Christmas" (Navidad) y degustó salchichas y Glühwein.

El organizador de la 9 edición del "Weihnachtszauber Gendarmenmarkt" -"la magia de la Navidad en el Gendarmenmarkt-, Helmut Russ, calcula que hasta el 31 de diciembre el mercadillo, con algo menos de 160 expositores, recibirá a unos 600.000 visitantes, según el diario "Berliner Morgenpost".

Pero a pesar de su encanto, el del Gendarmenmarkt no tiene nada que envidiar a ninguno de los otros mercadillos navideños instalados a lo largo y ancho de la capital germana, diversos en cada uno de los barrios de la ciudad y también en lugares emblemáticos de la ciudad.

Así, los habitantes y visitantes de la ciudad pueden visitar los mercadillos del Palacio de Charlottenburg, la Potsdamer Platz, la iglesia Gedächtniskirche junto a la avenida comercial Kurfürstendamm, la Alexanderplatz y el Ayuntamiento.

Pero la tradición de los mercadillos navideños se extiende por toda la geografía germana, con algunos tan asentados como los de Núremberg, Múnich, Colonia, Augsburgo, Fráncfort, Dresde, Leipzig y Stuttgart, con varios siglos de historia.

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