El fuego alcanzó dos ciudades situadas al suroeste de Melbourne, Wye River y Separation Creek, donde muchas de las 116 casas afectadas podrían ser viviendas vacacionales.
Unos 500 bomberos fueron movilizados para sofocar las llamas.
El primer ministro del Estado de Victoria, Daniel Andrews, celebró que el incendio no hubiera dejado ninguna víctima, al contrario de los que dejaron 173 muertos en 2009.
"Podemos reconstruir las casas, por supuesto. Todo podría haber sido mucho peor", dijo en rueda de prensa.
El incendio cercano a la ciudad costera de Lorne se declaró el pasado 19 de diciembre a causa de unos relámpagos y se propagó el viernes por culpa del viento y el calor.
Según las autoridades locales, la lluvia y la caída de las temperaturas redujeron su intensidad.
Los incendios forestales son frecuentes en Australia durante el verano austral y causaron siete muertos en 2015.
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