Más de un 60% de enfermos terminales no quiere tratamiento si no ofrece esperanzas de curación


La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado un estudio sobre los cuidados que reciben los enfermos al final de la vida, que concluye que un 32% manifiesta su deseo de no iniciar un tratamiento si no aumenta las esperanzas de curación, y un 31% su intención de suspenderlo por la misma razón.
El trabajo, publicado en la revista "Ocu Salud" del mes de junio, se ha realizado entre 3.000 familiares de pacientes terminales, médicos y enfermeros que les asistieron en sus últimos días.
Según dijeron los profesionales sanitarios entrevistados, las familias de los enfermos relataron que en un seis por ciento de los casos hubo una petición expresa de alcanzar la muerte mediante suicidio asistido y que el siete por ciento solicitó la eutanasia activa.
La OCU se interesó por la preocupación más importante del enfermo y encontró que para un 38% su temor más acuciante era ser una carga personal para la familia; para el 26%, sufrir dolor; para el 14%, perder las facultades mentales; un cinco por ciento reconocía que le preocupaba separarse de los suyos, y un tres por ciento dejar a la familia en una situación problemática y enfrentarse a lo desconocido tras la muerte.
Frente a la pregunta de si es preferible morir en casa o en un hospital, el 93% de los familiares de los fallecidos consideraba que el deseo de sus seres queridos era terminar sus días en el hogar.
En este sentido, cuando el enfermo fallece en casa con asistencia de cuidados paliativos, los familiares otorgan una calificación de 8 sobre 10 al "cumplimiento de sus deseos con respecto al tratamiento médico".
No obstante, la opinión de varios familiares fue distinta en algunos casos en los que el paciente se encontraba en una fase de la enfermedad muy avanzada. En este sentido, hay familias que consideran la atención hospitalaria especializada más positiva que la que pueda ofrecerse en la propia casa por falta de infraestructura en su domicilio y escasez de medios y de conocimientos.
A la vista de estas conclusiones, la OCU considera que aún puede hacerse mucho por mejorar las condiciones en las que mueren los enfermos terminales en España y espera que la futura ley de cuidados paliativos sea "un progreso real y no una mera declaración de buenas intenciones".

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