Libreville, 11 may.- Miles de personas se manifestaron hoy en la capital de Gabón, Libreville, contra los crímenes rituales que se producen en el país, que, a falta de cifras oficiales, rondan los 100 anuales según los activistas.
Los organizadores de la protesta entregaron al presidente gabonés, Ali Bongo Ondimba, un memorándum en el que le piden que persiga a los responsables de este tipo de actos, que calificaron de "barbarie humana".
"Les he entendido. Hace falta una condena perpetua a estos criminales, sin posibilidad de reducción de pena", declaró Bongo Ondimba, dirigiéndose a la multitud concentrada frente al palacio presidencial.
El documento reclama la justicia para las víctimas y acciones concretas de la policía y de la gendarmería para combatir estas prácticas.
Sylvia Bongo Ondimba, esposa del jefe del Estado, mostró su apoyo a los manifestantes colocándose en la primera fila de la marcha, en la que también tomaron parte el arzobispo de Libreville, Basile Mve Engone; el imán de la capital, Ismaël Oceni Ossa; y el presidente de la asociación de lucha contra los crímenes rituales (ALCR), Elvis Ebang Ondo.
Precisamente este último, que fundó la ALCR en 2005 después del asesinato de su hijo de nueve años, declaró a la web Gabonactu.com que esta agrupación sospecha de la existencia de "unos 100 crímenes rituales en las nueve provincias de Gabón".
Numerosos familiares de víctimas de los crímenes rituales completaron el trayecto de diez kilómetros por el que transcurrió la marcha con fotos de sus seres queridos asesinados, algunos con el cadáver mutilado.
Paralelamente, un colectivo de mujeres que lucha contra los crímenes rituales organizó una contramarcha para denunciar la supuesta instrumentalización política de esta manifestación, por parte de la mujer del mandatario gabonés.
La policía detuvo a tres de los organizadores de la contramanifestación, según dijo a la prensa el presidente de la organización "Publiquen lo que paguen" (PCQVP).
La ALCR fue pionera en denunciar abiertamente los crímenes rituales, un tema hasta entonces tabú que apenas se trataba en el país.
Los órganos extirpados en este tipo de crímenes -de los que no existen estadísticas oficiales- son después utilizados en prácticas de brujería.
Los hechiceros aseguran a sus clientes brillantes carreras en la política, la administración o el Ejército.
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