"Mi ángel, mi orgullo se ha ido al cielo". Estas son palabras del padre de Maëlle, una adolescente de 17 años originaria de la localidad de Walcourt en Bélgica, que murió el jueves 9 de enero después de sufrir un shock tóxico provocado por el tampón que estaba utilizando.
La joven volvió del gimnasio a casa el lunes hacia a las 20:30 h según cuenta su madre al medio 'RTBF'. Hacia las 23:00 h comenzó a tener fiebre, a lo que siguieron náuseas y vómitos. El médico de guardia, contactado por su familia, le diagnosticó una gripe intestinal.
Sin embargo, durante toda la jornada del martes, los síntomas perduraron. Por la tarde empeoró y la joven tuvo problemas de visión y su tensión era baja, pero tras llamar a la ambulancia, los médicos se mantuvieron en el primer diagnóstico. Lo mismo ocurrió en el hospital.
Los padres, ante el empeoramiento de su hija, decidieron llevarla a otro centro hospitalario y es ahí donde se le diagnosticó un shock tóxico. El problema es que ya era demasiado tarde para salvar su vida.
El síndrome del shock tóxico o síndrome del choque tóxico es una infección muy grave provocada por dos tipos de bacterias: Staphylococcus aureus (o estafilococo) y Streptococcus pyogenes (o estreptococo). Estas bacterias generan toxinas y atacan el sistema inmunitario ingresando en un principio normalmente por zonas lesionadas de la piel como cortes, raspaduras, heridas quirúrgicas o las ampollas de una varicela, según informa la web 'Kids Health'.
Está asociada al uso de tampones porque la sangre acumulada en estos artículos de higiene íntima puede servir como caldo de cultivo de las bacterias mencionadas con anterioridad.
Se trata de una enfermedad poco frecuente que empieza de manera repentina y cuyos síntomas son fiebre elevada, bajada de la tensión arterial, diarrea, dolor de cabeza, eurpción en la piel, dolores musculares, vómitos y deshidratación.
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