Nace el garoé tecnológico, gotas de luz y agua desalada

  • Igual que el garoé -árbol sagrado de los aborígenes herreños cuyas hojas captaban el agua de la niebla-, la central hidroeólica de El Hierro destilará gotas de agua desalada y luz gracias a la combinación del viento y el agua.

Marina Segura Ramos

Valverde (El Hierro) 27 jun.- Igual que el garoé -árbol sagrado de los aborígenes herreños cuyas hojas captaban el agua de la niebla-, la central hidroeólica de El Hierro destilará gotas de agua desalada y luz gracias a la combinación del viento y el agua.

La central Gorona del Viento, inaugurada hoy, pretende convertir a El Hierro en la primera isla del mundo autosuficiente en electricidad. Ello ocurrirá de forma paulatina, no de la noche a la mañana.

A finales de año se calcula que suministre entre el 70 y el 80 por ciento de la electricidad a la red.

El ingenio que se ha ideado es tan sencillo como generar electricidad a través de dos fuentes simultáneas de suministro: eólica e hidráulica.

El elemento principal es una central con dos depósitos de agua conectados por una tubería de 6.000 metros y el segundo un parque eólico de cinco aerogeneradores, interconectados con el actual sistema eléctrico propiedad de ENDESA.

El agua de mar se capta, desala y llega al primer depósito. Desde allí se suelta a la segunda piscina para generar la electricidad, igual que el salto de agua en una central hidráulica .

El agua es un bien muy escaso en todo el archipiélago canario y en el caso de El Hierro, su ausencia ha empujado a la emigración a varias generaciones.

Ha sido siempre una búsqueda permanente de los herreños: primero con el árbol garoé y después a través de las rogativas a la Virgen de Los Reyes. En este siglo, el garoé tecnológico de la central hidroeólica, destilará gotas de luz y de agua desalada.

La gestión del recurso hídrico en El Hierro, desalación y distribución, consume casi el 50% de la demanda energética anual, signo de la estrecha dependencia entre el agua y la energía.

En lugares completamente dependientes del exterior y aislados -Ptolomeo colocó el meridiano cero en El Hierro, es decir, el "fin del mundo" en la antigüedad-, agua y energía son esenciales para la supervivencia de la comunidad, de su cultura e idiosincrasia.

Hasta llegar al día de hoy, se ha recorrido un camino de dos décadas lleno de peripecias y el azar ha jugado a favor, según testigos que vivieron de cerca el proceso.

Lo primero fue convencer a los propios lugareños de que no era una idea descabellada, en un lugar en el que la electrificación no llegó hasta 1979 y escaseaban infraestruturas básicas como las carreteras.

Después llegó el juego político. El primer paso lo dio en 2000 la entonces comisaria europea de Energía, Loyola de Palacio, a quien los impulsores canarios convencieron para liberar la primera partida económica, con la que pudieron realizar el plan de viabilidad técnica.

Con la llegada del PSOE al poder, los promotores también lograron encandilar al nuevo presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aunque todo estuvo a punto de dar al traste.

Durante uno de los debates de los Presupuestos Generales del Estado, el grupo socialista rechazó todas las enmiendas de Coalición Canaria para conseguir la financiación de la central hidroeólica.

Se lamentaban los diputados canarios en los pasillos de la Cámara Baja cuando se les acercó Zapatero y tras su explicación, "sorprendentemente", en la siguiente votación lograron la aprobación de sus enmiendas.

Pero el milagro del garoé tecnológico no acaba aquí, El Hierro pretende ser completamente autosuficiente cuando reemplacen la gasolina de los coches e instalen paneles solares para la calefacción.

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