No es la quinta víctima de Violencia de Género, era Lucinda Expósito Méndez

    • Luci era una "super madre" española de tres hijos, que esperaba con ilusión su primer nieto y la cercana boda de su hija mayor.
    • El asesino la engañó con el señuelo que sabía que nunca fallaría: la felicidad de sus hijas, a las que quería más que a su propia vida.
Lucinda Expósito Méndez en una imagen del álbum familiar
Lucinda Expósito Méndez en una imagen del álbum familiar

Cuando el sol se ponga, este miércoles el cielo debería llorar sobre las calles de Vila-Seca (Tarragona), por las lágrimas que todos sus vecinos querrían ofrendar a la vida deLucinda Expósito Méndez.

Esta mujer, vecina de esa localidad, "era una bellísima persona que por dónde fuera que iba dejaba huella", cuentan aquellos que la amaron durante los 43 años que la disfrutaron. Ellos no quieren que su vida, su memoria, se convierta en un número, en una estadística.

Este miércoles una sombra de tristeza infinita ha caído sobre la sociedad española y especialmente sobre la familia de Luci, como la llamaban quienes la querían, después de que su expareja la haya asesinado a tiros. Él, cobarde, ha intentado arrebatar a los suyos la alegría y el cariño que Lucinda les daba a manos llenas.

Tan española como cualquiera, con su nacionalidad en firme,Luci era una "super madre" de tres hijos, de los que el mayor está viviendo en México, país al que marchó por amor.

Y es que el amor era algo que derrochaba Lucinda, y de su carácter es aquello que mejor recordarán siempre su familia y amigos.

La cobardía del asesino se eleva cuando sabemos que estaba a punto de ser abuela de su hijo mayor, algo que le hacía una ilusión especial como buena 'madraza': "estaba super feliz de tener un nieto ya que todos sus hermanos tenían varios y ella no", nos cuenta por correo electrónico su sobrina Deborah.

La felicidad no es algo que se compra, y el asesino de Lucinda ha intentado hacer lo posible para robársela, ahora que preparaba con tanto cuidado la próxima boda de su hija mayor, Jennifer, que ha tenido que pasar por el dolorosa trance de ver morir a su madre en plena calle.

Lucinda "derrochaba felicidad con los preparativos" del enlace de su hija mayor, y Jennifer le correspondía con muestras de cariño en las redes sociales, "Te amo más que a nada en el mundo", le escribió el pasado 10 de enero a su madre.

Más difícil se hará el dia a día para su pequeñaVanessa, aún en el instituto, que tenía en su madre su mayor apoyo en una edad en la que las confidencias ocupan horas entre adolescentes y madres.

"Ella era una super madre y muy trabajadora y siempre para que sus niñas tuvieran de todo", nos cuentan sus familiares, que destacan que "era una persona super sencilla", y todos sus desvelos eran que sus hijas fueran felices.

Ese instinto de protección de sus hijos la llevó a soportar demasiado tiempo a su asesino, "a pesar que (...) siempre le dio mala vida". Ella aguantó todo lo que pudo "por tener un techo y comida para sus hijos", pero un día decidió cerrar de un portazo esa etapa de su vida y centrarse en sus niñas.Trabajadora y pegada a su familia

En Vila-Seca nada será igual, después de que una de sus vecinas más queridas haya sido asesinada tan brutalmente. Luci era conocida en la localidad, y "salía de fiesta de vez en cuando a las carpas de Vila-seca, pero siempre con sus hijos", nos cuentan sus seres queridos.

También la echarán de menos en el bar del mercado, al que le gustaba salir por las tardes un rato , y "dónde la conocían de toda la vida". Como super madre que era, a Luci le gustaba pasar tiempo con los suyos, sus hermanos, sobrinos...

Además de sacar adelante a tres hijos, Lucinda aprovechaba y cada verano trabajaba de camarera en un chiringuito de camarera en la playa de la Pineda.

Llama la atención que en su perfil de las redes sociales Luci tenía la foto de sus tres hijos, no la suya. Su corazón estaba entero volcado en sus niños. Ella "siempre fue mujer de su casa, buena persona, querida, amada por todos", nos dice su sobrina, que califica su carácter deextrovertida y muy dinámica.

¿Qué se puede decir para calmar el dolor de una familia herida por el egoismo de un solo individuo?: "La queríamos y la queremos mucho y deja aquí mucha familia destrozada", es la manera en la que expresa Deborah el dolor por la ausencia de una buena mujer.

No daremos el nombre de su asesino, solo cabe decir que -como tantos otros que nunca supieron ser hombres - fue incapaz de asumir que ella se había vuelto a enamorar. "Él jamás lo asimiló y por eso la mato".

Pura cobardía. El asesino la engañó con el señuelo que sabía que nunca fallaría: la felicidad de sus hijas. Le tendió una trampa diciéndole que fuera a la casa dónde anteriormente vivían juntos para hablar de la boda de la hija mayor.

"Cuándo ella llego lo vio con la escopeta y al darse la vuelta para salir corriendo le disparó en la espalda", sin mirarla a la cara.

Al hilos de las 9 y media de la mañana de este aciago miércoles 13 de enero, entre las calles deLes Creus y Sant Bernat Calvó de Vila-seca,yacía el cuerpo sin vida de Luci, pero su alma volaba alto.

Y su memoria persistiráentre todos los que la conocieron, la apreciaron y la amaron. No es la quinta víctima de la violencia de género en España, se llamabaLucinda Expósito Méndez y sirva esto para honrar su memoria.

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