Nuevos enfrentamientos en la explanada de las Mezquitas de Jerusalén

  • La explanada de las Mezquitas de Jerusalén fue este lunes escenario de nuevos enfrentamientos entre jóvenes palestinos parapetados en el templo de Al Aqsa y policías israelíes, en un ambiente tenso por la fiesta judía de los Tabernáculos.

Durante un buen rato, unos y otros se mantuvieron frente a frente, sin llegar a chocar.

De un lado, unos diez jóvenes palestinos con la cara cubierta y armados de piedras, y del otro policías israelíes apostados en la puerta de la explanada por la que entran los fieles judíos y los turistas.

Los palestinos y las autoridades musulmanas de este lugar, venerado por las dos religiones, temen un aumento de las visitas de fieles judíos a la explanada con motivo de la fiesta de los Tabernáculos, a lo que animan algunos rabinos nacionalistas.

También temen que los israelíes quieran imponer su control sobre Al Aqsa, un lugar venerado por los judíos como el "monte del Templo", pues en él se encontraba el Templo destruido por los romanos en el año 70.

A las siete de la mañana, media hora antes de la apertura de la explanada a los no musulmanes, los palestinos empezaron a lanzar piedras, y los policías israelíes granadas lacrimógenas y ensordecedoras, antes de desplegarse por las 14 hectáreas del lugar.

Los jóvenes palestinos se parapetaron rápidamente en la mezquita, donde la policía israelí no puede entrar. Los fieles musulmanes que se habían quedado en la explanada tras la oración de la mañana fueron expulsados manu militari de la misma.

Según la policía, los manifestantes, que se quedaron la noche del domingo al lunes dentro de la mezquita, lanzaron botellas incendiarias contra los agentes, lo que provocó un conato de incendio a la entrada del edificio. La policía denunció en un comunicado "la explotación cínica de un lugar santo".

Media hora más tarde, la puerta de los Magrebíes abrió para los turistas y los fieles judíos, que pudieron acceder a la explanada. En ella resonaban todavía las explosiones de los fuegos artificiales y petardos lanzados contra la policía desde el interior de la mezquita, y los disparos de granadas lacrimógenas de los agentes, posicionados ante las puertas del templo.

Los palestinos acusan a Israel de planificar una partición de este santo lugar, como ya se hizo con la Tumba de los Patriarcas en Hebrón, Cisjordania, venerada por ambas religiones.

Según ellos, dichas intenciones han quedado de manifiesto con las recientes visitas a la explanada de varios diputados y un ministro israelí, Uri Ariel, titular de Agricultura.

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu niega que sean esos sus planes, e insiste en que no tiene intención de cambiar las normas instauradas después de que Israel ocupara y se anexionara en 1967 la parte oriental de la ciudad, de mayoría árabe y donde se encuentra la explanada de las Mezquitas. Según esas normas, los judíos pueden subir a la explanada pero no rezar.

Sin embargo, las afirmaciones de Netanyahu no convencen a los palestinos que lanzan piedras desde Al Aqsa, y que están preparados para más enfrentamientos durante las celebraciones de Sukkot.

La fiesta judía de Sukkot, o de los Tabernáculos, rememora las vicisitudes del pueblo judío durante su travesía del desierto, relatada en la Biblia. Con motivo de esta fiesta, que comenzó la noche del domingo y dura ocho días, muchos israelíes visitan la Ciudad Vieja de Jerusalén, en la que se encuentra la explanada.

sbh/jlr/avl.zm

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