Pequeños pero innovadores: un proyecto lleva el espíritu emprendedor al instituto

    • El Programa Educativo de Tecnología, Innovación y Trabajo (PETIT) aprovecha la asignatura de Tecnología de la ESO para fomentar el espíritu innovador y emprendedor en los estudiantes
    • Desde que se inició el proyecto piloto, en 2007, ya han participado en el programa cerca de 1.100 alumnos de 32 centros escolares

Cada día una estudiante del instituto Ramiro de Maeztu de Madrid veía como su madre tenía que servir el agua a su abuelo, él no podía hacerlo, el pulso le temblaba demasiado y acababa derramándola por toda la mesa. Hoy el anciano ya no necesita pedir ayuda, su nieta, junto a sus compañeros de clase, diseñó para él un mecanismo que hacía que la botella amortiguase el temblor.

El artilugio lo realizó gracias a la introducción en su centro de un nuevo programa educativo, llamado PETIT, que pretende fomentar el espíritu innovador y emprendedor en los estudiantes. 'Es alucinante hasta qué punto los chavales observan su entorno y extraen las necesidades que existen', afirma Manuel Bláquez, uno de los profesores que ha puesto en marcha el nuevo programa en el centro madrileño.

Pese a que el instituto ha sido el primero en adoptarlo en la capital, el proyecto PETIT (Programa Educativo de Tecnología, Innovación y Trabajo) lleva desde 2007 implantándose en centros educativos asturianos. Así, las clases de tecnología se han convertido en pequeños 'semilleros' de empresas donde los alumnos dan rienda suelta a su creatividad y espíritu emprendedor.

En los últimos cinco años han surgido de las aulas proyectos como un cesto para sacar ropa de la lavadora dirigido a personas con discapacidad motora, un paraguas combinado con chubasquero que da protección total ante la lluvia, un atril para músicos que pasa la página de la partitura de manera automática o una fregona que no necesita cubo.

Este último surgió gracias a que el grupo que lo desarrolló vio cómo en su colegio, de tres pisos y sin ascensor, la mujer de la limpieza se veía obligada todos los días a cargar con el cubo de agua por todo el centro. 'Hicieron un prototipo en el que en el tubo central de la fregona contaba con dispensador de jabón. (2026) Hablaron incluso con la profesora de química para que les explicara cuál debía ser la composición para que con un solo 'golpe de fregona' se pudiera limpiar un aula', explica Mónica Barettino, coordinadora del Área de Formación de Valnalón, equipo responsable del proyecto PETIT.

'Lo curioso de este ejemplo', explica Barettino en rueda de prensa de presentación del proyecto, 'es que en 2012 una empresa muy conocida sacó una fregona similar, evidentemente no tan rudimentaria pero que recogía todas las necesidades que ellos habían observado'.

Expandiendo la idea

Hasta el momento 1.100 alumnos han disfrutado de este proyecto que ahora Valnalón pretende extender por los centros de toda España. Para ello, a través de la fundación Cotec, está manteniendo contactos con el Ministerio de Educación.
'No sabemos qué va a pasar, pero la impresión es que les gusta esto y les gustaría que algo así se expandiera por todas las asignaturas, no idéntico, pero buscar la fórmula para que en cada asignatura se consiga el mismo entusiasmo, motivación2026', explica Federico Baeza, subdirector general de Cotec.

De momento el programa se está desarrollando sobre la base de la asignatura de tecnología en la ESO que es ligeramente transformada para 'activar el espíritu innovador y emprendedor de los estudiantes', afirman desde Cotec.

De este modo, se pasa de un tipo de trabajo 'estándar' que reproduce ideas ya existentes o propuestas por el profesorado, a creaciones más o menos originales dirigidas a resolver problemas o cubrir necesidades detectadas por los propios alumnos en su entorno. Asimismo, el aprendizaje comprende también la solicitud de una patente (al programa PETIT) y la creación de una campaña de publicidad.

'La asignatura está dividida en tres fases que serían los tres trimestres', explica Bláquez, 'al final del año 'son 'propietarios' del proyecto que han creado y utilizan lo que han aprendido en el entorno escolar para crearlo'.

Según asegura Juan Mulet, director general de Cotec, 'la introducción del programa en el centro no tiene coste alguno. Lo que se necesita son profesores que se lo crean ya que no tienen ningún problema de formación para impartir la asignatura, lo que podría darse es un problema de fe'.

Más implicación

Pese a que admiten que todavía es pronto para sacar conclusiones, los expertos aseguran que la experiencia de introducir este tipo de materias en el aula ha aumentado la 'motivación' de los alumnos. 'Ven la utilidad de su esfuerzo', apunta Blázquez, 'un alumno me dijo que por primera vez había visto que lo que les enseñamos es útil'.

'No es una garantía de que se acabe el abandono escolar, pero si puede contribuir a que se reduzca', afirma Barettina y recuerda la conversación que mantuvo con un antiguo alumno del proyecto: 'me dijo que desde que cursó Petit no desechaba ideas, pensaba más allá y valoraba lo que hacía'.

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