Piden a 'prada japón' retirar la demanda contra la empleada que denunció discriminación a trabajadoras por “viejas, gordas y asquerosas”


Un total de 122.356 personas respaldan una iniciativa 'on-line' para que Prada Japón retire la demanda de más de 500.000 euros interpuesta contra Rina Bovrisse, una ejecutiva despedida en 2010 por sus protestas después, según afirma, de que su jefe le ordenase echar a varias empleadas por ser demasiado “viejas, gordas, feas, asquerosas” o que “no tenían el 'look' Prada”.
Según la petición alojada en la web de activismo 'Change.org', en 2010 Rina y otras dos compañeras denunciaron a la empresa, bajo el argumento de que “la discriminación en base a la apariencia y el acoso violaban la ley japonesa”.
Sin embargo, en 2012 un tribunal japonés falló que 'la discriminación' que practicaba esta compañía “era aceptable para una marca de moda de lujo”, y que “una mujer empleada con un buen salario tenía que estar preparada para resistir cierto nivel de acoso”.
Ahora Prada ha decidido demandar a Rina por más de medio millón de euros y alude para ello “daños a su imagen”, aunque al igual que la citada sentencia en ningún momento niega que existiese dicha discriminación, según informa la web.
CONTRA EL ACOSO
Prada Japón contrató a Rina en Abril de 2009 como Senior Retail Operations Manager, un puesto en el que era responsable de supervisar a más de 500 empleados.
Nada más llegar, Bovrisse asegura que empezó a observar signos de discriminación hacia las mujeres, que fueron evidentes cuando el director de Prada Japón le pidió que despidiese o descendiera a 15 trabajadoras (“muchas de ellas muy buenas vendedoras”) por “feas, gordas, viejas, asquerosas o no tener el look Prada”.
Cuando Rina protestó, ella misma fue criticada a causa de su apariencia, y tras ofrecerle un descenso de categoría laboral, le pidieron su dimisión.
Ayako es la japonesa que ha dado a conocer esta historia a través de la red. Está convencida de que “si permitimos que una compañía como Prada acose a personas como Rina, otras muchas mujeres tendrán miedo de denunciar en Japón”.
Por eso, en su petición se dirige a los dueños de la marca, Miuccia Prada y Patrizio Bertelli, así como a varios directivos en Italia y Japón y al propio juez responsable de la sentencia, a fin de que demuestren su compromiso contra la discriminación hacia la mujer y retiren la demanda.

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