La pobreza aumenta ligeramente en Europa, según la OIT

La pobreza ha aumentado ligeramente en los últimos años en los países de la Unión Europea, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicado este miércoles.

Dentro de la UE la "pobreza relativa" -es decir la proporción de la población con ingresos inferiores al 60% de la media de ingresos- se había mantenido estable en los últimos años (16,5% de la población entre 2005 y 2008).

"Pero desde entonces el porcentaje tiende a aumentar y pasó del 16,8% en 2012 al 17,2% en 2014", según los expertos de la OIT. En el mismo periodo este porcentaje se mantuvo estable en Estados Unidos mientras que en Japón aumentó ligeramente.

Por su parte en los países emergentes y en desarrollo hay cerca de 2.000 millones de personas que viven con menos de 3,10 dólares al día, según la organización. Se trata de una "pobreza moderada" que representa el 36% de la población de esos países, mucho menos que el 67% de 1990.

Durante este periodo, la extrema pobreza (personas con menos de 1,90 dólares al días) en los países emergentes y en desarrollo disminuyó rápidamente y en 2012, el último año del que se tienen datos, afectaba al 15% de la población frente al 46,9% en 1990.

Este cambio es el resultado de mejoras China y en buena parte de los países de América Latina.

Sin embargo la pobreza sigue siendo importante en África y en algunos países asiáticos y ha aumentado en los países desarrollados, donde se siguen destruyendo empleos y la clase media teme una disminución de su nivel de vida, indican los economistas de la OIT.

En los países desarrollados, el 36% de los niños viven bajo el umbral de la "pobreza relativa".

De manera global, la pobreza afecta más a las mujeres y a los niños. Es el caso de los países emergentes y en desarrollo, donde más de la mitad de los niños de menos de 15 años viven en une estado de pobreza extrema o moderada.

Según la OIT se necesitarían unos diez billones de dólares para erradicar la pobreza extrema y moderada antes de 2030. Sin embargo no basta con repartir ayuda sino que hay que luchar también contra la precariedad del empleo.

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