Poner la Ciencia al servicio del ser humano y no al contrario

    • Ha salido a la luz el primer informe sobre usos de animales para la experimentación en España y otros fines científicos.
    • Mientras tanto, importantes expertos en genética se reúnen en Washington para hablar sobre las posibilidades de alterar la genética humana.
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Era un monitor de Masterchef, el famoso programa de TV. Estaba juzgando el arroz caldoso con bogavante de un joven alumno. Me llamó la atención la primera crítica que le hizo sobre la forma de cocinar el delicioso crustáceo.

"Si vas a matar al bicho para comértelo, córtale la cabeza lo primero, no lo tortures antes arrancándole las patas". El alumno asintió y la crítica derivó por otros derroteros.

No creo que este experto cocinero ejerciese como activista de los derechos de los animales. Pero su advertencia rezumaba sentido común.

Me he acordado de esta anécdota ahora que ha salido a la luz el primer informe detallado sobre usos de animales para la experimentación en España y otros fines científicos. De acuerdo a este informe y a la noticia de El País que informa sobre él, se ha provocado "dolor, sufrimiento o angustia severos" a los animales un total de 62.000 veces. Se sobreentiende que el fin de ese sufrimiento nos beneficia. Lo cual no impide hacernos una pregunta razonable: ¿podríamos evitarlo?Situaciones límite

Es lo lógico, lo sensato, lo humano: evitar el sufrimiento de todos, incluso de aquellos seres que sacrificamos para aliviar el nuestro. Tras esa pregunta se esconde uno de los principios morales más importantes: "El fin no justifica los medios".

Esta regla básica del comportamiento humano resulta muy fácil de explicar y entender, pero no tanto de aplicar. La vida nos pone a veces en situaciones límite, y nos aboca a trampas morales difíciles de eludir. Sobre todo, cuando se trata de curar una enfermedad o salvar una vida. No digamos ya si se trata de la propia vida o de un allegado.

El mismo día en que se hace público el informe sobre el sufrimiento de los animales de experimentación, diversos expertos en genética humana se reúnen en Washington. Discuten sobre las posibilidades y las consecuencias éticas de alterar el genoma humano para lograr una especie de "bebé perfecto", si se puede hablar de perfección en una raza que ha producido especímenes tan lamentables como Hitler, Stalin o Bin Laden.

"La Ciencia es imparable", se suele oír por ahí. Y debe serlo. Hay que explotar al máximo las posibilidades del conocimiento humano. Pero sin perder de vista para qué. Hay quien confunde el conocimiento con la mera experimentación, y la ciencia con el Quimicefa. "Échale en el tubo de ensayo un poco de ese polvo y luego caliéntalo… ¡a ver qué pasa!", jugábamos de pequeños. Y no pocas veces salíamos escaldados, quemados o abrasados.

Ojalá no nos pase lo mismo con los animales ni mucho menos con las personas, que lo son al margen de su tamaño, condición y etapa del desarrollo.

El ser humano nunca debe olvidarse de quién es. Ni siquiera cuando saborea un delicioso arroz con bogavante.

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