Presidentes de Haití y República Dominicana acuerdan dirimir conflictos de comercio y migración

  • Los presidentes de República Dominicana, Danilo Medina, y de Haití, Michelle Martelly, acordaron este martes reabrir las negociaciones para resolver conflictos de tipo comercial y migratorio, en una reunión celebrada del lado dominicano de la frontera.

"Acordaron que en los próximos 15 días se reúnan en Puerto Príncipe los ministros de Industria y Comercio y de Finanzas de ambos países" para tratar sobre la veda que puso Haití al ingreso de 23 productos dominicanos por vía terrestre, según un acuerdo de entendimiento.

El objetivo de ese encuentro será "llegar a un acuerdo que permita mejorar los intercambios comerciales, así como normalizar el transporte terrestre de mercancía", añade el documento leído por el canciller dominicano, Andrés Navarro, tras el encuentro en Barahona, 201 kilómetros al suroeste de Santo Domingo.

Además, Haití se comprometió a designar próximamente a un nuevo embajador en Santo Domingo, en sustitución de Daniel Supplice, destituido en julio pasado por sus críticas al gobierno de Martelly sobre el tema migratorio.

En ese momento, Haití emprendía una campaña internacional en la que denunciaba que República Dominicana creaba una crisis humanitaria con la eventual deportación masiva de haitianos que no habían aplicado para el Plan de Regularización de Extranjeros Irregulares.

Mientras, la contraparte prometió devolver a Puerto Príncipe al embajador Rubén Silié, llamado a Santo Domingo el mes pasado luego de anunciada la veda comercial.

"Ambos gobiernos acordaron también continuar la comunicación y coordinación permanente para una mejor armonización del proceso de repatriación de ciudadanos en situación migratoria irregular", agregó el canciller.

Un conflicto alrededor de ese tema se desató en 2013, cuando el Tribunal Constitucional dominicano decidió que los niños de padres extranjeros en tránsito no tenían derecho a la nacionalidad dominicana, lo que convirtió, de facto, en apátridas a más de 250.000 personas, sobre todo hijos de padres haitianos.

Ante la presión internacional, Santo Domingo implementó un plan nacional de regularización de extranjeros, que benefició a más de 50.000 personas, pero la mayoría de los indocumentados no pudo finalizar el procedimiento y quedaron en riesgo de ser deportados.

Las administraciones de Medina y Martelly han sostenido diversos encuentros en el marco del "diálogo bilateral de alto nivel", que ha servido para evitar la escalada de las controversias.

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