La última lucha del prior del Valle: "Que ahora este lugar permanezca inviolable"

Valle de los Caídos
Valle de los Caídos

La Basílica de El Valle de los Caídos ha abierto sus puertas al público. El prior, Santiago Cantera, se ha reencontrado con sus feligreses que acudían a la misa de once de la mañana, los curiosos que querían saber cómo había quedado todo tras la exhumación de Francisco Franco... y con numerosos periodistas. Asegura que se encuentra "tranquilo" y con "paz interior". En lo que ha sido su primera misa después de que las puertas del templo se mantuvieran cerradas ha querido hacer un acto de desagravio por lo que, considera, fue un uso de la basílica ajeno a su fin religioso. Así, pasadas las once de la mañana ha querido recalcar en sus oraciones que "en adelante permanezca inviolable tu bendición en este lugar y merezcan ser escuchadas las oraciones de tus fieles". 

Antes de que Cantera se dirigiera de nuevo a sus fieles, entre ellos el secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernard, otro monje de la orden benedictina se encargaba de quitar el polvo que todavía quedaba sobre el altar con un plumero azul. Horas antes, el Gobierno había mostrado unas imágenes de cómo era el nuevo Valle de los Caídos, sin Franco. "Pero cuántas baldosas han quitado", se escucha a uno de los hermanos. Ocho más que las que ocupaba la tumba. Acordonada está la zona en la que los operarios trabajaron para sacar el féretro del dictador. Hasta el lunes por la mañana lo cubría una lona negra pero ayer a primero hora ya se veía ese mármol negro más brillante que el resto a la espera de ser pulido. "Estamos hartos ya de tanta obra, tanta Guardia Civil, lo otro, lo otro... no se está respetando nada", se le escucha a otro monje a la espera de que llegue Cantera. 

El prior ha oficiado este martes una misa que, tras días sin poder entrar en la basílica, ha sido un "Rito para reconciliar una iglesia profanada". Este ritual se hace cuando en una iglesia su sacerdote no ha podido acceder durante un tiempo o considera que se ha cometido algún acto que no ha tenido que ver con la vida religiosa. Así, sus primeras palabras de la oración más allá de la mención que ha hecho a los "mártires" que reposan en el Valle de los Caídos Cantera ha pedido "alejar las insidias del enemigo de este lugar sagrado".

Unas 60 personas han asistido a una misa que ya es histórica por ser la primera que se celebra después de que los monjes custodios del Valle no pudieran acceder a la basílica por la cadena que se encontraron en la puerta que les comunicaba con ella desde su Abadía. Eso llevó a Cantera  a presentar una denuncia  por el "acceso inconsentido" de los efectivos de la Guardia Civil al templo y también había avisado al Papa Francisco que no se estaba respetando la inviolabilidad de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, durante los preparativos para la exhumación.

De esos preparativos todavía quedan flecos. Al terminar el oficio, todos los asistentes han buscado el lugar donde Franco estuvo enterrado casi 44 años. Ya no está y ha sido un  monje el que se ha dirigido a la mujer que ha depositado cinco rosas rojas en la tumba de Primo de Rivera -que por ahora sigue en el Valle- y siete rosas rojas y cinco naranjas en la de Franco al acabar la misa. "Las flores se las puede poner a la Virgen", le decía. Pero allí se han quedado en el suelo en busca de una fotografía que desde Patrimonio prohibían. Los vigilantes de seguridad de la basílica no lo han permitido en más de una ocasión, acercándose a quien lo intentaba. "Respetamos su trabajo pero no vamos a decir nada", respondían a los periodistas cuando se cruzaba la mirada con ellos.

El Valle abría este martes de nuevo sus puertas a las diez de la mañana. Para acceder a la basílica hay que atravesar un control de seguridad con escáner. Ahí lo primero que se ve es la tienda de souvenir en la que ni el ticket de una compra quería salir "tras varios días cerrada". Todo se volvía a poner en marcha en una Abadía en la que los primeros visitantes en acceder al recinto han sido una pareja de moteros, Rubén y Cristina, que han acudido al monumento desde Elche para conocer de cerca la arquitectura. "Quien esté enterrado me da igual", ha dicho Rubén a los numerosos medios concentrados.

Rito para reconciliar una iglesia profanada

Así ha sido la primera homilía en el Valle tras la exhumación

DESDE LA SEDE DE LA ORACIÓN:

Oh Dios todopoderoso y lleno de misericordia, que otorgas a tus sacerdotes gracia tras gracia, para que procedan en tu Nombre digna y rectamente, y Tú mismo te dignas obrar a través de ellos: te suplicamos por tu gran bondad, que te hagas presente en este lugar donde se celebran tus misterios y que los lugares que ahora bendecimos sean por ti bendecidos; y así te dignes mostrar tu poder, por los méritos de los Mártires cuyas reliquias aquí se custodian, para que alejes las insidias del enemigo de este lugar sagrado y tus ángeles santos habiten en él y nos guarden en paz. Por Cristo Nuestro Señor. 

OREMOS:


​Te pedimos, Señor, que tu misericordia nos preceda: y por la intercesión de los Mártires que reposan en esta basílica y los Santos cuyas reliquias e imágenes aquí se veneran, tu bondad se anticipe a concedernos lo que humildemente te suplicamos.

Oh Dios, que por tu presencia providente haces valer tu poder especialmente en los lugares donde se venera tu santo Nombre, escucha benigno y concédenos que en adelante permanezca inviolable tu bendición en este lugar, y merezcan ser escuchadas las oraciones de tus fieles. Por Cristo Nuestro Señor.

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