Protestas contra corrupción marcan el Día de la Independencia en Brasil

Brasilia, 7 sep.- Las protestas contra la corrupción en diferentes ciudades de Brasil marcaron hoy las conmemoraciones por el 190 aniversario del Día de la Independencia y en muchos casos los tradicionales desfiles militares fueron proseguidos por marchas de manifestantes en su mayoría vestidos de negro.

La principal manifestación se registró en Brasilia, en donde cientos de personas marcharon por la misma avenida en la que pocos minutos antes pasó el multitudinario desfile militar encabezado por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.

Las conmemoraciones a las que asistió la jefe de Estado también fueron empañadas por manifestaciones de policías federales en huelga, familiares de militares que exigen aumentos salariales y hasta integrantes de un grupo feminista que, con los senos descubiertos, alcanzaron a caminar algunos metros por delante de un grupo de blindados.

Las manifestaciones contra la corrupción, convocadas por las redes sociales en internet en al menos 58 ciudades, reunieron a miles de personas en el mismo palco de los desfiles militares en capitales como Brasilia, Sao Paulo, Río de Janeiro, Porto Alegre y Curitiba.

Las protestas, convocadas por organizaciones no gubernamentales que se dicen no partidistas, exigieron mayor empeño en el combate a la corrupción y mostraron carteleras en apoyo al juicio que realiza actualmente el Supremo Tribunal Federal por un escándalo en el Gobierno del entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva que involucró a importantes colaboradores del mandatario.

La corte suprema, que ayer concluyó la segunda fase del proceso, ya ha condenado a ocho de los 37 reos y absuelto a otros dos.

Este fue el segundo año consecutivo en que las organizaciones no gubernamentales convocaron manifestaciones contra la corrupción en el Día de la Independencia.

Así como el año pasado, los manifestantes esperaron a que los militares concluyeran su desfile por la Explanada de los Ministerios, la principal avenida de Brasilia, para marchar frente a los mismos graderíos en que poco antes cerca de 40.000 personas asistieron a los desfiles castrenses.

Pocas horas antes la presidenta brasileña abrió el desfile militar a bordo de un Rolls Royce "Silver Wraith" sin capota, que fue donado por la reina Isabel II de Inglaterra en 1953 y es usado por los jefes de Estado brasileños en ocasiones especiales.

En su recorrido la jefa de Estado fue aclamada por gran parte de la multitud, pero también tuvo que ver las carteleras de protesta de policías federales que están en huelga y de familiares de militares que exigen aumentos salariales.

Tras llegar al palco presidencial, Rousseff asistió al resto del desfile al lado de su hija Paula y su nieto Gabriel, así como de varios ministros, entre lo que se encontraban los de Defensa, Relaciones Exteriores, Presidencia, Cultura y Comunicaciones; algunos magistrados del Supremo Tribunal Federal y el presidente de la Cámara de Diputados, Marco Maia.

El desfile fue interrumpido a varios metros del palco presidencial por dos integrantes de la división brasileña de Femen, el grupo internacional de feministas creado en Ucrania y que se ha hecho famoso porque sus activistas acostumbran aparecer semidesnudas para luchar por los derechos de las mujeres.

Las dos manifestantes, que invadieron la avenida usando tan sólo calzones y carteleras con eslóganes feministas, fueron retiradas a la fuerza por ocho policías y llevadas a una comisaría.

El desfile en Brasilia concluyó con un espectáculo de la "Escuadrilha da Fumaça" (Escuadrilla del Humo), un grupo de aviones acrobáticos de la Fuerza Aérea Brasileña creado en 1952.

El desfile militar en Río de Janeiro este año tuvo como novedad la exhibición de la Bandera Olímpica, que fue recibida por las autoridades municipales el mes pasado en la clausura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 debido a que la ciudad será la sede del evento en 2016.