"En lo que concierne a los jugadores que viajarán al extranjero (Mundial de Inglaterra) se entiende que la denuncia no tiene valía", declaró el juez Ntendeya Mavundla, en la corte superior de Nord-Gauteng, al finalizar la jornada de audición.
Sin embargo el juez decidió abrir una investigación sobre la lentitud de las reformas raciales en su país.
"Es inconcebible que en 21 años la transformación (en el área racial) se haga al ritmo de una tortuga", dijo refiriéndose al final del Apartheid en 1994.
La polémica comenzó el pasado viernes cuando el partido minoritario Agencia por una Nueva Agenda (ANA) acudió a la justicia del país para que impidiera la participación del equipo nacional, los Springboks, en el próximo Mundial al considerar que cuenta con demasiados jugadores blancos.
La ANA, una escisión del gobernante Congreso Nacional Africano, consideraba excesivo el número de jugadores blancos en la selección de los Springboks para el Mundial -22 sobre 31-, según la federación sudafricana de rugby.
Presentó la demanda contra el ministro de Deportes Fikile Mbalula y contra la Federación Sudafricana de Rugby (SARU) y un tribunal de Pretoria la examinó este miércoles.
El juez Mavundla declaró, antes de decidir que la denuncia no tenía valía, que "la transformación en materia racial es un sujeto de interés nacional pero se efectúa de manera muy lenta".
Más de 20 años después del final del Apartheid en Sudáfrica, "las cuestiones ligadas a la transformación racial suelen hacer perder la paciencia a la población", señaló el juez.
Deporte nacional entre los blancos sudafricanos, el rugby se convirtió en un símbolo de reconciliación nacional en 1995, poco después del fin del Apartheid, cuando el entonces capitán François Pienaar recibió de manos de Nelson Mandela, vestido con la camiseta de los Springboks, el trofeo de campeón del mundo.
La composición del equipo sudafricano de rugby, uno de los mejores del mundo, es un tema sensible en el país.
Bajo la presión del gobierno, la SARU se comprometió a incluir al menos a siete jugadores "no blancos" entre los 31 que viajarían al Mundial 2015. El seleccionador siguió este directiva y llamó a nueve rugbiers de color, un récord.
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