Madrid, 18 abr.- Seis mil toneladas de materiales han sido retirados hasta la fecha del emplazamiento que ocupó la antigua Junta de Energía Nuclear (JEN), en la Ciudad Universitaria de Madrid, de los que alrededor del 40% son residuos de baja y media radiactividad, y está previsto que la limpieza se complete en 2013.
En 1951, la JEN comenzó el estudio sistemático de los minerales radiactivos y su reactor experimental (desmantelado entre el 2005-2009) sirvió para formar a los operarios de la época en el manejo de nucleares.
A finales de los 80 se transformó en el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), un organismo público de investigación que en el 2000 emprendió un plan integral (PIMIC) para descontaminar las seis hectáreas del recinto.
Esta semana ha comenzado la limpieza de la parcela denominada "El Montecillo", un área arbórea de 2.440 metros cuadrados de la que se extraerán 3.853 toneladas de residuos vegetales, terreno arcilloso y minerales de uranio tratados metalúrgicamente, explica a Efeverde el responsable del Plan, Javier Quiñones.
Se trata de "una cantidad muy importante", subraya el que es también subdirector general de Seguridad y Mejora de las Instalaciones del CIEMAT.
El siguiente paso será medir (caracterizar) los niveles de radiactividad de todos estos residuos.
Desde el 2000 se han retirado 1.933 metros cúbicos de residuos de media y baja actividad (RMBA, un metro cúbico equivale a aproximadamente una tonelada), además de 378 toneladas de muy baja radiactividad (RBBA), y se han desclasificado (materiales convencionales) unas 3.500 toneladas.
No se han generado residuos radiactivos de alta actividad de todo lo removido, afirma Quiñones.
Hasta 2011, se llevan invertidos 47 millones de euros de los presupuestos del CIEMAT en este cometido, que cuenta con la estrecha colaboración de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA).
La tierra que se está extrayendo desde esta semana de "El Montecillo" se va colocando en unas "bolsas" con una capacidad de un metro cúbico (entre 1 y una 1,5 toneladas), y a finales de julio acabará el trabajo en la zona, que cuenta con un presupuesto de 450.000 euros.
Todo lo que resulte de media y baja actividad se trasladará al almacén que ENRESA posee en El Cabril (Córdoba) para su adecuada gestión.
El objetivo es reducir al mínimo posible los residuos radiactivos, dado que El Cabril es la única instalación de este tipo en toda España.
"Solemos compactar los residuos al máximo al objeto de reducir su volumen; no es cuestión de peso sino de espacio. Movemos mucho material, porque manejamos tierra que siempre se esponja".
La contaminación procede de las primeras operaciones de tratamiento de minería de uranio, a finales de los 50, cuando España desarrolló todo el ciclo del combustible nuclear.
Se trata de los residuos del tratamiento metalúrgico al que se sometió a los minerales del uranio, es decir, "no hay elementos de fisión".
El CIEMAT tiene un plan de vigilancia radiológica ambiental y una red gamma que mide las tasas de radiactividad del recinto vallado.
Sus niveles de radiación ambiental oscilan de 0,15 a 0,19 microsievert/hora, unos valores inferiores a la radiactividad de la naturaleza (fondo natural) de lugares como Galicia (0,27) o Canarias (0,33).
"Niveles de radiación ambiental de cero -recalca- no existen".
Para Quiñones, el Ciemat no debe renegar de su pasado, ya que fue un proyecto tecnológico y científico que generó muchos desarrollos asociados en España.
Pero tras varias décadas era necesaria una actualización de emplazamiento, ya que "ahora la legislación ambiental ha cambiado y las exigencias son mayores".
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