En un comunicado publicado el 15 de junio el jugador y el club de Treviso señalaron que su retirada anticipada estaba ligada a las lesiones y a la "imposibilidad física de jugar a este nivel". Se podría incluso hablar de mentira piadosa.
"No podía decir nada. No sabía todavía si sería aceptado en el seminario. Yo me imaginaba con el alzacuellos blanco pero necesitaba tiempo para comprender lo que significaba. No podía decírselo a nadie, ni siquiera a mis padres", explicó Trevisan a la Gazzetta dello Sport.
"Seguro, es una decisión rara para un jugador, me doy cuenta. Hace cuatro años no era todavía creyente. De niño, ni siquiera hice la confirmación. Estaba centrado en los entrenamientos, no tenía tiempo para el catecismo", señaló Trevisan, que jugó como full-back y medio scrum y fue internacional italiano en todas la categorías inferiores, pero no en la absoluta.
Las lesiones, con tres operaciones en tres años, pudieron acelerar este proceso.
"Permitieron que las cosas se acercaran. Todo me indicaba la misma dirección", dijo el antiguo jugador, que comunicó su nueva vocación a sus compañeros con una sencilla frase: "Voy a convertirme en cura".
El 8 de septiembre, algunos días antes del partido Treviso-Munster de la Celtic League, a Trevisan se le esperaba en Roma, en la Fraternidad San Carlo Borromeo.
"Voy a estudiar filosofía durante tres años y después partiré en misión un año. Luego estudiaré tres años la teología", explica.
"Quiero ser misionero. Si doy la vuelta al mundo, lo haré con mi pelota de rugby", concluyó.
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