Semana Santa de Zamora alcanza su momento cumbre con el Yacente y el Miserere

  • La Semana Santa de Zamora alcanza esta madrugada su momento cumbre con la procesión de la Penitente Hermandad de Jesús Yacente y el canto del Miserere entonado por los cofrades en la plaza de Viriato, una de las escenas más sobrecogedoras de esta Pasión.

Isaac Barrientos

Zamora, 28 mar.- La Semana Santa de Zamora alcanza esta madrugada su momento cumbre con la procesión de la Penitente Hermandad de Jesús Yacente y el canto del Miserere entonado por los cofrades en la plaza de Viriato, una de las escenas más sobrecogedoras de esta Pasión.

La lluvia, presente en Zamora de manera casi constante en las últimas jornadas, no impedirá esta noche la salida de esta hermandad que, al ser de penitencia, realiza el desfile procesional pese a las precipitaciones, aunque con la cautela de guarecer su único paso, el Cristo Yacente, bajo un plástico en caso de lluvia.

El desfile sale de la iglesia Santa María La Nueva a las 23:00 horas con unos novecientos cofrades que acompañan a la única imagen de esta hermandad.

En esta procesión de la Semana Santa de Zamora, declarada de Interés Turístico Internacional, los cofrades van ataviados con caperuza y túnica de estameña blanca rematada con puños ribeteados de morado y un fajín del mismo color.

Cada hermano porta un largo hachón de madera negra con una cazoleta de metal y una vela de cera roja, única iluminación en las calles del casco histórico por las que transcurre la procesión.

Al tratarse de una hermandad de penitencia, no son pocos los cofrades que realizan el recorrido descalzos en señal de sacrificio, mientras que otros cubren sus pies con sandalias franciscanas, un complemento muy tradicional de la Semana Santa de Zamora.

La llegada de la procesión a la céntrica plaza de Viriato, donde se encuentra el Parador de Turismo y los dos edificios de la Diputación de Zamora, es uno de los momentos más esperados en la Semana Santa zamorana.

Durante horas previas a la llegada de la procesión, cientos de vecinos y visitantes esperan a que los hermanos rodeen la plaza portando al Cristo Yacente, con la iluminación de la plaza apagada y la única luz de las velas de cera que porta cada cofrade en la procesión.

Los hermanos van rodeando la plaza de Viriato mientras que más de un centenar se colocan en el centro y con la única iluminación de las velas entonan el Miserere.

Esta pieza musical es una obra creada por el Padre Alcocer en 1952, y mientras los hermanos la cantan, la imagen de Jesús Yacente realiza el tradicional recorrido a la plaza ante el riguroso silencio y recogimiento de los asistentes.

Después, la hermandad regresa hasta la plaza de Santa María La Nueva, donde finaliza la procesión.

La cofradía se fundó el 15 de mayo de 1941 tras el descubrimiento, por parte de Dionisio Alba, de la imagen del Cristo Yacente, olvidada y oculta en la iglesia de la Concepción, que actualmente es la Biblioteca Pública de Zamora.

La imagen del Yacente ha estado siempre situada por diferentes estudios en el primer cuarto del siglo XVII, y durante los últimos años ha sido atribuida a varios artistas, aunque se cree que pertenece al círculo de los vallisoletanos.

En un primer momento fue atribuida a Gregorio Fernández y más tarde a la gubia de Andrés Solanes, aunque finalmente se opta más por la autoría de Francisco de Fermín.

Desde el primer año en que desfiló esta cofradía se convirtió en uno de los principales referentes de la Semana Santa en Zamora, especialmente con la introducción del canto del Miserere en la Plaza Viriato, en 1952.

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