Sur o Norte, los polos magnetizan a los turistas que buscan tierras vírgenes

  • Remar entre icebergs o esquiar en el banco de hielo, el turismo a los polos está en pleno auge y no es necesariamente una amenaza para estas tierras de naturaleza frágil: puede ser una ocasión para sensibilizar sobre el cambio climático.

"La gente tiene que venir a descubrir las zonas polares, pero no de cualquier modo. Esto puede ser una oportunidad formidable porque necesitamos embajadores que testimonien las transformaciones del calentamiento climático, tan rápidos y considerables que la naturaleza no tiene tiempo de adaptarse", dice a la AFP el aventurero francés Nicolas Vanier.

"El turismo también es interesante porque esas regiones se han vuelto verdaderos desiertos, sin hombres: si hubiera cumplido mi periplo por el Gran Norte hace un siglo, me hubiera podido detener en pueblecitos, pero hoy todos los inuits e indios están concentrados en ciudades-aeropuertos", resume el explorador conocido por sus periplos en trineos tirados por perros.

En la Antártida, se esperan 40.000 turistas, la mayoría en cruceros, en la temporada 2015/2016, contra 26.500 en 2011/2012, según la asociación IAATO, que representa a las compañías que organizan estos viajes.

Una cuarta parte de estos viajeros no podrá pisar suelo: la Antártida está protegida por un tratado que prohíbe acostar a los barcos con más de 500 personas y limita a 100 las que pueden desembarcar a la vez. Las suelas de los visitantes también deben estar "descontaminadas" y sus enseres, cepillados "para no introducir especies no indígenas, gérmenes o tierra".

"En la Antártida nunca habrá un turismo de masa gracias a esta regulación. Pero me gustaría que las mismas reglas se aplicaran a ciertas aguas árticas", prohibiendo los "buques con más de 5.000 personas y enormes depósitos llenos de gasolina", afirma a la AFP Daniel Skjeldam, presidente de Hurtigruten, una compañía noruega especialista de cruceros polares.

El Ártico es un territorio que se reparten ocho países -Canadá, Estados Unidos (Alaska), Dinamarca (Groenlandia), Rusia, Noruega, Finlandia, Islandia y Suecia- de ahí la dificultad de llegar a una reglamentación común.

"Estos países han adoptado reglas básicas comunes", pero son menos restrictivas que en la Antártida, "sobre todo en Groenlandia, donde un proyecto más protector debería" sin embargo "ver la luz antes de un año", resume Lionel Habasque, presidente de la agencia Grand Nord Grand Large, especialista en viajes polares.

Hoy en día, todavía pueden acostar en Groenlandia grandes paquebotes con miles de pasajeros, aunque solo se pueden detener en los puertos muy grandes debido a su talla.

Según datos de la AECO, la asociación de operadores turísticos que proponen el Ártico, Groenlandia acogió a unos 70.000 visitantes en 2014 y la isla noruega de Spitzberg, a más de 40.000.

"El turismo en estas regiones despierta un interés creciente. Tuvimos un crecimiento de un 8% de pasajeros entre 2013 y 2014", indica el presidente de Hurtigruten, Daniel Skjeldam.

El patrón de Grand Nord Grand Large, que organiza cruceros, excursiones a pie, esquí nórdico o kayak entre los icebergs, abunda: "El mundo polar se ha puesto de moda" y la actividad de la agencia "está creciendo un 20%".

Skjeldam subraya que "los viajeros quieren practicar un turismo sostenible". "Desgraciadamente, pueden constatar con facilidad por sí mismo los cambios climáticos: nuestro objetivo cuando los llevamos a estas zonas vírgenes es que se conviertan en parte de la solución de los desafíos climáticos", resume.

En las islas Lofoten, un archipiélago noruego al norte del círculo polar, la subida de las temperaturas es patente: "Era algo inesperado practicar la marcha a pie en pantalón corto y casi 25º a principios de junio en Svolvaer", cuando en los últimos años el promedio era de 12º, cuenta Margaux Maury, una turista francesa.

"Esto hace tomar conciencia de que el calentamiento climático está en marcha", reconoce, aunque por ahora, las grandes extensiones heladas siguen ahí.

kd/ak/jmr/app

Mostrar comentarios