Tahar Ben Jelloun: No hay nada más difícil que una relación de pareja

  • "Woody Allen decía que para ser feliz, una matrimonio tiene que tener dos baños. Yo voy más lejos: hay que tener dos casas", bromea el escritor e intelectual Tahar Ben Jelloun, quien presenta "La felicidad conyugal", una novela en la que "reflexiona sobre la pareja" en la sociedad de hoy.

Madrid, 25 mar.- "Woody Allen decía que para ser feliz, una matrimonio tiene que tener dos baños. Yo voy más lejos: hay que tener dos casas", bromea el escritor e intelectual Tahar Ben Jelloun, quien presenta "La felicidad conyugal", una novela en la que "reflexiona sobre la pareja" en la sociedad de hoy.

El título de la novela no deja de ser paradójico, ya que Ben Jelloun (Fez, Marruecos, 1944) desentraña los enigmas de la convivencia y el matrimonio desde el punto de vista de una pareja que atraviesa una grave crisis, a través una doble perspectiva, masculina y femenina.

"He intentado tener una visión compleja porque no hay nada más difícil que una relación entre un hombre o una mujer, o entre un hombre y un hombre y una mujer y una mujer; es la confrontación entre dos libertades", afirma a Efe el autor, quien ha situado su historia en una "sociedad patriarcal" donde toman importancia "no solo los conflictos afectivos, sino también los culturales".

De esta forma, Ben Jelloun ha pasado de analizar las revueltas árabes -sobre las que escribió en 2011 un ensayo con el que obtuvo un gran reconocimiento- a centrarse en un aspecto social que suscitó su interés cuando el rey de Marruecos, Mohamed VI, reformó el "código de la familia", permitiendo que las mujeres pudieran pedir el divorcio sin ningún tipo de autorización.

"Vimos en los tribunales marroquíes miles de peticiones de divorcio que antes eran imposibles, y pensé que tenía que escribir una historia sobre ello", recuerda el escritor, que también reconoce que ha trasladado a la novela un cierto componente "autobiográfico", ya que ese momento coincidió con su propio divorcio.

En "La felicidad conyugal" (Alianza) nada se endulza; sus capítulos no son más que el reflejo de unos pensamientos que el autor defiende con rotundidad, desde el categórico "ninguna persona cambia" -"es imposible, cambian las formas, pero el fondo sigue siendo el mismo"- hasta su "no creo en la armonía".

"Esa especie de tranquilidad extraordinaria, romántica... es como el Mediterráneo, que es un mar tranquilo, pero es donde más conflictos y guerras civiles hay. La calma no significa nada", opina el autor, argumentando su idea de que "la pareja es un campo de conflicto".

"En la sociedad se confunde la pasión amorosa con la institución totalmente cultural, religiosa y social que es el matrimonio". Es más, continúa el intelectual, "a veces el matrimonio erosiona cada vez más el amor y va ganándole terreno en la realidad cotidiana, y hace que ese amor empiece a irse".

De ahí que Ben Jelloun cite a Woody Allen y se muestre partidario de que en una pareja "cada uno tenga su espacio", y de que el concepto de "soledad" acabe de ser aceptado socialmente: "Hay que enseñar a las personas a vivir en soledad, porque la soledad no es un enemigo, sino una forma de estar consigo mismo, todos la necesitamos".

Y como ocurre cuando a uno de sus personajes se le hace la compleja pregunta de qué es el amor, el escritor también tiene guardada su propia respuesta. Eso sí, no es apta para idealistas: "El amor es un milagro. Llega, la vida toma un color magnífico... y sabemos que no dura".

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