También se dispara la violencia de padres a hijos, y algunos incluso la confiesan

    • El primer menor asesinado en 2015 como consecuencia indirecta de la violencia machista enciende el debate sobre las agresiones de padres a hijos.
    • El teléfono de atención al niño de la Fundación Anar recibe más de mil llamadas diarias. En 2014 han atendido más de 360.000 llamadas. En 7.100 el menor necesitaba ayuda.
El entorno del menor asesinado en Torrevieja sabía que era maltratado y no se denunció
El entorno del menor asesinado en Torrevieja sabía que era maltratado y no se denunció
Andrés Torres

El atroz asesinato de un niño de diez años este lunes en Torrevieja (Alicante) apuñalado por su padrastro ha vuelto a encender el debate de la violencia intrafamiliar, en la que los menores, frecuentemente utilizados como instrumento de venganza contra las respectivas parejas, constituyen sin lugar a dudas el eslabón más débil de estos crímenes execrables.

Frecuentemente eclipsadas por la violencia de género -que considera a los niños como víctimas indirectas del maltrato machista- las agresiones de padres contra hijos no han dejado de crecer en los últimos nueve años. Así lo certifica a Lainformacion.com Leticia Mata, abogada y directora del teléfono de ayuda a niños y adolescentes de la Fundación Anar. "Recibimos más de mil llamadas diarias. En 2014 atendimos más de 360.000 llamadas, en 7.100 casos el menor necesitaba ayuda y en 2.4000 ocasiones el niño era víctima de la violencia", explica Mata que subraya que siempre que un menor recurre a este teléfono "tantea, fabula y realiza varias llamadas porque no está preparado para sacar el problema a la luz" antes de reconocer abiertamente al psicólogo que le atiende que está siendo víctima de un problema grave relacionado con la violencia.

Al otro lado de la línea un equipo de psicólogos especializado en atención a niños y adolescentes -"en el que se incluyen a voluntarios licenciados en psicología o psiquiatría que reciben una formación previa ", insiste Mata- escuchan el relato de los chavales. En ocasiones tiene problemas de relación social en el centro educativo, otras veces reprochan que "su padre no sepa cómo comprarles una PlayStatio" y también hablan abiertamente de su sexualidad. "La casuística es muy elevada", reconoce. Sin embargo, en demasiadas oportunidades resulta aterrador 'escuchar' el silencio al otro lado del hilo telefónico.

Los menores saben de la existencia de esta asistencia telefónica a través de la campaña de Anar en las redes sociales o de los cursos de prevención que realizan en colegios e institutos, "aunque lo más importante es el boca a boca", añade Mata. La franja más habitual de llamada se sitúa entre los 12 y los 17 años, aunque para aquellos que apenas cuentan con siete años existe un teléfono de atención a los adultos. Ellos llaman por él. Son vecinos o familiares quienes denuncian estos casos de violencia. Desde la Fundación Anar recuerdan que existe la obligación legal, más allá de la ética, de denunciar un caso de maltrato infantil. En Torrevieja, el entorno del menor asesinado -padres y profesores- sabía que sufría graves problemas. Nadie denunció nada y ahora es demasiado tarde.

Sin embargo, lo más "difícil", tal y como reconoce Mata, es escuchar a un padre reconocer cómo maltrata a su hijo. Cabe destacar que este servicio es confidencial y estrictamente anónimo, de modo los teléfonos no delatan desde dónde se llama. Cuando un padre llama para confesar un maltrato no puede ser localizado. "Escuchamos de todo", asegura Mata, "incluso a adolescentes que ya han iniciado un suicidio".

"Desde Anar intentamos que el menor se apoye en sus padres para resolver el asunto, si los padres resultan ser el problema, derivamos el caso a nuestros psicólogos o en su defecto a los servicios de protección social y llegado el caso a la Policía", explica Mata. "Prevenimos, detectamos y notificamos", resume. "Un menor agredido necesita una terapia psicológica y ayuda constante", asegura.El efecto de la crisis

Desde la Fundación Anar creen que el azote de la crisis económica y el desempleo en España han generado una frustración intrafamiliar "en la que en demasiadas ocasiones se ha pagado la ira con los más débiles de la casa". En muchas ocasiones, estas estrecheces desembocan en problemas de alcohol o drogas que generan "una pérdida de control".

Sin embargo -aclara Mata- en el caso de los abusos sexuales, éstos no obedecen a ningún patrón ni a ninguna clase social determinada. Lo mismo ocurre con la violencia filioparental que no resulta en absoluto exclusiva de familias desestructuradas.

[Te interesa leerLas denuncias por violencia de hijos contra padres en España se duplican desde 2007]Teléfonos de ayuda

Teléfono de Ayuda a Niños y Adolescentes 900 20 20 10

Teléfono del Adulto y la Familia600 50 51 52

Teléfono para Niños Desaparecidos116000

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