Trece "picaos" cumplen su penitencia en la procesión del Vía Crucis

  • La procesión del Vía Crucis de San Vicente de la Sonsierra (La Rioja) ha contado hoy con la presencia de trece "picaos" que han recorrido descalzos el camino al Calvario mientras se flagelaban para cumplir su penitencia.

Logroño, 18 abr.- La procesión del Vía Crucis de San Vicente de la Sonsierra (La Rioja) ha contado hoy con la presencia de trece "picaos" que han recorrido descalzos el camino al Calvario mientras se flagelaban para cumplir su penitencia.

El prior de la Cofradía de la Santa Veracruz, José Ramón Eguíluz, ha detallado a Efe que miles de visitantes y vecinos de este pueblo, de unos 1.200 habitantes, se han congregado en las calles para contemplar esta tradición, que también se celebró ayer.

Se trata de una tradición con origen en los siglos XV y XVI que se mantiene como una de las pocas de este tipo, de autoflagelación como penitencia o en cumplimiento de una ofrenda, que aún perduran en Europa.

A los trece "picaos" que ya participaron en la procesión de la Santa Cena, se sumaron otros cinco disciplinantes, que cumplieron anoche con este rito dentro de la iglesia, en la Hora Santa.

En el Vía Crucis de hoy han salido en procesión los pasos del Cirineo, San Juan y la Magdalena, La Piedad y la Virgen Dolorosa y los propios disciplinantes han elegido a cuál de ellos dedicar su penitencia.

Cada "picao" se ha arrodillado ante el paso al que ha hecho la ofrenda, ha rezado una oración y, una vez en pie, su acompañante o "padrino" le ha retirado la capa marrón y ha destapado la abertura posterior del hábito blanco de lino, para dejar al descubierto la zona lumbar.

Después, los disciplinantes, cuya identidad ocultan con una capucha que cubre su rostro, han utilizado como flagelo una "madeja" de cáñamo, de unos 80 centímetros de longitud y un peso inferior a un kilo, para infligirse casi un millar golpes en la espalda, durante unos veinte minutos.

Un "práctico" de la cofradía ha pinchado la zona lumbar de cada penitente con una "esponja", que es una bola de cera virgen con seis cristales incrustados.

Los "picaos" han regresado después a la ermita de San Juan de la Cerca, sede de la Cofradía de la Santa Veracruz, donde les han lavado las heridas con agua de romero elaborada de forma tradicional por los cofrades, que la mantienen veinticuatro horas al sereno.

Esta cofradía cuenta con unos 150 miembros, de los que son 50 mujeres.

Esta tradición, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 2005, ha atraído a la localidad sonserrana, a miles de turistas, que han aprovechado la visita para conocer también su patrimonio artístico, su gastronomía y sus bodegas.

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