Un concierto de abanicos para la infanta Elena

Pilar R. Veiga

Madrid, 9 abr.- Los alumnos de Educación Secundaria del Colegio Tres Olivos de Madrid, donde conviven sordos y oyentes en un entorno normalizado de enseñanza de 0 a 18 años, han sorprendido hoy a la infanta Elena con un concierto de originales instrumentos como abanicos, un complemento que pocas veces falta en sus manos.

La música y un gran aplauso de doña Elena han puesto el broche final a una vista con la que ha podido conocer de primera mano un centro concertado, donde la educación es igual para los alumnos que tienen discapacidad auditiva como para los que no, y donde las diferencias se viven como algo enriquecedor.

La fundadora y directora del centro Tres Olivos, Adoración Juárez, ha mostrado gran parte de las instalaciones a la infanta, que ha estado acompañada por la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, y por la viceconsejera de Educación de la Comunidad de Madrid, Alicia Delibes.

Doña Elena, vestida con un traje de chaqueta azul marino y con uno de sus inseparables abanicos en sus manos, ha comenzado la visita del colegio -tiene 1.000 alumnos, 100 de ellos sordos- en las aulas de Educación Infantil, donde ha comprobado que todos los profesores imparten las clases con lenguaje bimodal (lenguaje oral y de signos).

Los pequeños de 3 años estaban leyendo el libro de "Los tres cerditos" y comentando que el lobo era muy malo cuando la directora les ha preguntado si ellos eran buenos o malos; la mayoría ha dicho que buenos, respondiendo con la voz y también con signos, pero dos de ellos han reconocido con ingenuidad que eran malos, lo que ha provocado la risa de doña Elena.

La infanta ha vuelto a sonreír cuando en la clase de alumnos de 2 años, que estaban viendo dibujos de alimentos, han afirmado que iban a ir a comer "cuando se fuera la princesa".

Después, la visita ha seguido por una clase de Formación Profesional (FP) de Farmacia y Parafarmacia, donde estudiantes ya adolescentes estaban fabricando vaselina hidratante para los labios.

En esa clase, una de las alumnas con discapacidad auditiva ha explicado emocionada a la infanta que lleva en el colegio desde pequeña.

Entre el alumnado del centro Tres Olivos se podía apreciar a chicos y chicas con implantes cocleares en sus cabezas, que, gracias a su alta tecnología, convierte las señales acústicas en eléctricas para estimular el nervio auditivo.

Precisamente por ello, en este colegio las clases están insonorizadas, no se pueden llevar estuches metálicos, los muebles están protegidos para que su movimiento no provoque chirridos o ruidos fuertes e incluso se notaba que los alumnos que estaban en la cancha de baloncesto gritaban como en otros colegios, pero con moderación.

"Es un proyecto precioso", ha reconocido a Efe el profesor de Música de Educación Secundaria, Fernando Camacho, que ha explicado que entró en el centro para un año y que ya lleva ocho.

Ha comentado que el concierto de percusión ofrecido por cerca de cien alumnos a la infanta Elena no tenía título pero era una composición muy especial, en la que se combinaban xilófonos con vasos de plástico y botes de papilla a modo de tambores, además de abanicos, que los chicos y chicas abrían y cerraban con fuerza y estilo.

Camacho ha asegurado que imparte la clase casi sin pensar que tiene algunos estudiantes sordos y que, además, alguno de ellos le llegan a sorprender, en cuanto a cualidades musicales, más que los que no tienen esa discapacidad.

El colegio Tres Olivos -que recibe visitas internacionales para conocer su modelo de enseñanza- forma parte del proyecto educativo de la fundación "Dales la palabra", basado en la experiencia de profesionales y en la iniciativa de la asociación de padres "Entender y hablar", creada en 1975 para la integración de sus hijos sordos.