Un día después, le llueven los consejos a Nadal

  • Que cambie de entrenador, que se tome unas vacaciones, que busque un psicólogo o un médico para ver si lo suyo es como lo de Novak Djokovic, problema de gluten free, a Rafael Nadal le llueven el sábado los consejos un dia después de quedar eliminado del Abierto de Estados Unidos.

Mientras la madrugada húmeda del viernes a sábado caía sobre una ciudad de Nueva York que nunca duerme, Nadal veía como se le escapaba un triunfo casi seguro de las manos, frente a un rival al que había dominado en ocasiones anteriores.

Como experimentado cazador en la jungla de la ATP, el italiano Fabio Fognini, 32º jugador del mundo, olió la sangre y fue al remate de su presa. Tras perder los dos primeros sets y quitarse dos puntos de quiebre de encima, Fognini derrotó a Nadal por 3-6, 4-6, 6-4, 6-3, 6-4 para escribir la historia de esta tragedia griega.

Es sabido que el argumento de toda tragedia es la caída de un personaje importante. Y el motivo de la tragedia griega gira en torno a la caída de un mito.

Caído el Nadal mitológico, todo el mundo tiene un consejo que darle ahora que está en desgracia. Aunque, puestos a ver, ser el número 8 del mundo en plena mala racha de resultados y lesiones de todo tipo, es el mejor mentís de que, como predicen algunos, su carrera está en punto de no retorno.

Se saltó la defensa de su título del US Open en 2014 debido a una lesión en la muñeca y para colmo de males luego se sometió a una apendicectomía, que le hizo perder la segunda mitad de la temporada.

A este US Open llego con la rodilla entre algodones.

Y aún así, los dos primeros sets que jugó ante Fognini fueron de lejos los mejores de sus últimos tiempos. Pero el partido se le volteó cuando no pudo concretar los dos quiebres, y eso, en buen castellano, se llama falta de confianza.

El Nadal que metía miedo en las pistas, el del instinto asesino a la hora de dar la estocada final, ha desaparecido agobiado por las lesiones y la presión de cierta prensa y contertulios triunfalistas.

De que Nadal ya no ruge se evidencia en la confianza conque le están jugando sus rivales, y la cantidad de tiros ganadores que se atreven a meterle.

El tenista rasta Dustin Brown le sacó la veta en Wimbledon, y en este US Open Fognini le colocó 70 disparos ganadores y le quebró el servicio en nueve ocasiones, entre ellas siete rupturas en sucesión.

En la primera ronda, el adolescente Borna Coric le metió 31 tiros ganadores y en segunda vuelta el diminuto argentino Diego Schwartzman le castigó con 28 cohetes imparables.

"Podemos estar hablando durante una hora tratando de buscar una razón. Pero el deporte para mí es simple ¿no? Si usted está jugando con menos confianza y usted está golpeando las bolas sin hacerle daño a su oponente, entonces ellos tienen más posibilidad de atacar", dijo Nadal, campeón en Nueva York en 2010 y 2013, en la rueda de prensa la madrugada del sábado.

John McEnroe, que además de ser leyenda del tenis acostumbra a rasurarse la lengua cada mañana, dijo alto y claro lo que muchos piensan: "¡Le estoy diciendo que consiga un maldito nuevo entrenador!".

Muchos tenistas cambian de entrenador en momentos malos para voltear las tornas.

Lo han hecho Roger Federer, cuando se trajo a Stefan Edberg para trabajar junto al entrenador de toda la vida Severin Luthi. Novak Djokovic tiene a Boris Becker associado con Marian Vajda, mientras que Andy Murray trabaja con Jonas Bjorkman y Amelie Mauresmo.

Pero Nadal es del tipo de los fieles. Sigue creyendo en su tio Toni Nadal, quien le metió en este negocio del tenis desde los cuatro años y le ha llevado al estrellato.

El propio Toni Nadal reconoció que Rafa jugó bastante por debajo de su nivel: "Ha estado realmente mal. Ha tenido muchos golpes malos, especialmente con el drive".

Fernando Verdasco, su amigo tenista con quien suele irse de pesca por las aguas de Mallorca, le salió al paso a las declaraciones de McEnroe: "No creo que el problema de Rafa esté ahí, en cambiar de entrenador, sino que es un tema de él, de su confianza".

psl/ma

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