Nathan Graff recibió siete impactos en la columna vertebral, un brazo y la cara, con arma blanca al ser agredido hacia las ocho de la tarde (19H00 GMT) en el barrio judío en Milán.
El agresor, que llevaba un capucha, lo atacó por detrás y después se dio a la fuga. Pese a que el estado no es grave, la víctima fue llevada a un hospital milanés y sometida a una intervención quirúrgica en la cara. La víctima, sobrino de un rabino de origen afgano, Hetzkia Levi, se encontraba de visita en Milán y llevaba la ropa distintiva de los judíos ortodoxos y una kipá.
Las autoridades de la ciudad lombarda reforzaron la vigilancia de algunos lugares de la ciudad, y convocaron al comité para el orden y la seguridad pública, en presencia del alcalde Giuliano Pisapia, responsables de las fuerzas del orden y representantes de la comunidad judía local. Ya que el agresor no ha sido encontrado y las pistas que hay sobre él son muy confusas y no ayudan a exclarecer una posible búsqueda.
Los motivos del ataque se desconocen por el momento, y los testimonios recogidos por la prensa eran confusos y contradictorios. Las cámaras de vigilancia instaladas en la zona podrían ayudar a comprender los hechos. La respuesta de la comunidad judía no se ha hecho esperar. En un comunicado, el presidente del Congreso Judío Mundial (WJC), Ronald Lauder, estimó "imperativo que las autoridades italianas traten este incidente con la mayor severidad".
Se teme que el Estado Islámico haya alentado a este tipo de agresiones. La agresión en Italia coincide con los múltiples ataques similares ocurridos desde principios de octubre en Israel y los territorios palestinos, y después de que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) lanzara amenazas contra los judíos de todo el mundo.
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