Un monumento a guerrilleros albaneses reabre tensiones en el sur de Serbia

  • Un monumento a la guerrilla separatista albanesa que se enfrentó a las fuerzas serbias entre 2000 y 2001 ha disparado la tensión entre la mayoría albanesa del sur de Serbia y el Gobierno de Belgrado, con un cruce de amenazas que ha despertado el recuerdo del conflicto armado.

Snezana Stanojevic

Belgrado, 10 ene.- Un monumento a la guerrilla separatista albanesa que se enfrentó a las fuerzas serbias entre 2000 y 2001 ha disparado la tensión entre la mayoría albanesa del sur de Serbia y el Gobierno de Belgrado, con un cruce de amenazas que ha despertado el recuerdo del conflicto armado.

El monumento de mármol, con los nombres de 27 combatientes de la guerrilla local del Ejército de Liberación de Presevo, Medvedja y Bujanovac (UCPMB), fue inaugurado en noviembre pasado en pleno centro de la ciudad de Presevo, ante la indignación de las autoridades serbias.

Belgrado exigió de inmediato al Gobierno local, en manos de albaneses étnicos, que retirara el monumento, una petición que ha sido desoída.

Antiguos miembros de la guerrilla han amenazado incluso con ponerse de nuevo "los uniformes y tomar las armas" si su monumento es removido.

El UCPMB luchó durante seis meses contra el Ejército y la Policía serbios para que el valle de Presevo se uniera a Kosovo, que en 1999 había quedado libre de tropas serbias tras la intervención militar de la OTAN.

En 2008, la mayoría albanokosovar proclamó la independencia de Kosovo, que Serbia sigue aún sin reconocer.

La guerrilla del UCPMB fue disuelta en mayo de 2001 por un acuerdo de paz para el sur de Serbia logrado gracias a la mediación internacional.

El primer ministro serbio, Ivica Dacic, ha calificado el monumento como una provocación "que pretende mostrar que Serbia no controla parte de su territorio", y ha dado hasta el 17 de enero como plazo para retirarlo, fecha en la Bruselas acoge una nueva reunión para tratar de limar la tensión entre Serbia y Kosovo.

El valle de Presevo es una de las zonas más pobres y con más paro de Serbia y donde la integración de los albaneses, que se sienten abandonados por Belgrado, no ha avanzado pese a las buenas expectativas abiertas tras la paz de 2001.

Las comunidades serbia y albanesa viven sus vidas separadas, con sus propios locales de reunión y costumbres, y unidos casi sólo por los mismos problemas económicos y la falta de trabajo, sobre todo entre los jóvenes.

Las décadas de tensiones han dejado recelos entre las dos partes y, por ejemplo, son muy pocos los que aprueban los matrimonios mixtos.

El analista Dusan Janjic, del Foro para las relaciones étnicas, dijo a Efe que el problema del monumento será solucionado con ayuda de la UE y de EEUU pero que esa salida será provisional y "a corto plazo".

Recordó que el acuerdo de paz para el sur serbio no tilda al UCPMB de terrorista, tal y como se refieren a menudo los serbios al hablar de los extremistas albaneses, y que preveía incluso una amnistía para los combatientes, y criticó a los líderes serbios por pasar por alto esos hechos.

"Ellos (los embajadores occidentales) conseguirán que el monumento sea trasladado fuera del centro de la ciudad", dijo.

"Sin embargo, no se solucionará el problema básico, y es que los albaneses de Presevo y Bujanovac todavía creen que no se quedarán a vivir en Serbia", declaró Janjic.

En medio del cruce de amenazas, los líderes albaneses locales, divididos entre quienes quieren mantener el monumento y los que apuestan por buscar un acuerdo, han anunciado para este sábado una reunión para debatir el asunto, antes de que expire el ultimátum dado por Belgrado.

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