Un perro de boda

  • No es la modelo mejor pagada del mundo, la brasileña Gisele Bündchen, que llevó a su perro 'Vida' a su boda en Los Ángeles, tampoco la cantante estadounidense Gwen Stephani, que acudió a su ceremonia con su mascota 'Winston'.

Ana Martínez

A Estrada (Pontevedra), 29 ago.- No es la modelo mejor pagada del mundo, la brasileña Gisele Bündchen, que llevó a su perro 'Vida' a su boda en Los Ángeles, tampoco la cantante estadounidense Gwen Stephani, que acudió a su ceremonia con su mascota 'Winston'.

La protagonista de esta historia se llama Yolanda Paz, es una activa sindicalista gallega y, en su reciente enlace, su "hijo", el 'Señor Coco', un perrillo de razas mezcladas, fue quien transportó los anillos de los cónyuges.

"Nada que envidiar a las celebridades", sentencia feliz su "madre" humana, que, como él, es una gran aficionada al deporte, principalmente al ciclismo.

Esta sonriente profesora contrajo matrimonio civil el pasado sábado 24 de agosto en su municipio de origen, A Estrada (Pontevedra), con el científico y fotógrafo de naturaleza Marcos Caruncho, oriundo de Ferrol, y las alianzas las portó, con un lazo pensado para la ocasión, este simpático e inteligente can.

El Señor Coco tiene casi un lustro de vida y, pese a su aspecto de "perro de piso" y a su "pequeño tamaño", tal y como cuentan sus orgullosos dueños a Efe, es "un gran atleta capaz de saltar vallas de casi dos metros de altura".

En la actualidad "se prepara" para un documental, que él mismo protagoniza, y no descuida la red social Facebook, donde tiene una página en activo, 'Señor Coco e amizades peludas' (Señor Coco y amistades peludas).

Las visitas de internautas a este sitio se han incrementado considerablemente tras conocerse las habilidades casamenteras del Señor Coco.

Yolanda Paz y Marcos Caruncho, tras cinco años de relación sentimental, ansiaban que su perro no solo fuese uno de los invitados más importantes en su enlace, sino que tomase parte del mismo, de una manera única, singular e inolvidable.

En el momento oportuno, y tras la llamada del oficiante, el edil del BNG local Xosé Magariños, que se estrenaba en esta tarea, el Señor Coco acudió presto con los aros, sin sentirse en ningún momento preso del nerviosismo.

"Nunca había visto algo así y tengo muchos años", manifestó uno de los asistentes, al igual que los fotógrafos y el concejal, que no ocultaron su sorpresa por la profesionalidad del animal en su misión porteadora.

Yolanda Paz y Marcos Caruncho habían leído casos de perros que odiaban los anillos de boda, como uno llamado Vizsla, que circula por la red; y también conocían que seres caninos en algún momento trataron de "evitar" que la unión entre sus propietarios se consumara.

Esto, "aún cuando la encomienda era menor", es decir, en parejas que, por ejemplo, han llevado a sus mascotas para las fotografías que suelen tomarse justo antes de entrar en la iglesia o el ayuntamiento.

Jamás han temido que algo así se produjese, y por ello no han dudado a la hora de dejar que el can transportase las sortijas colgadas del cuello.

El Señor Coco se ha mostrado emocionado en su primer comentario "virtual" tras la boda: "Un día emocionante. He llevado los anillos de mamá y papá en su boda. A ver si se animan mis amigos peludos y hacen lo mismo".

Una satisfacción compartida por Miñas Rosiñas, el establecimiento de artesanía de tocados y complementos encargado de engalanar al perro: "A uno de nuestros clientes favoritos le hemos hecho una lazada para portar las arras. Es increíble. No se puede decir que no está guapo". Es su reclamo más llamativo.

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