Un predicador salafista egipcio recorre Túnez apoyando la ablación femenina

  • El viaje a Túnez del predicador egipcio Wajdi Ghenim, que hace apología de la ablación femenina, de la poligamia y de la aplicación de la ley islámica, ha levantado la polémica en este país magrebí.

Miguel Albarracín

Túnez, 17 feb.- El viaje a Túnez del predicador egipcio Wajdi Ghenim, que hace apología de la ablación femenina, de la poligamia y de la aplicación de la ley islámica, ha levantado la polémica en este país magrebí.

Este predicador, que defiende las interpretaciones más rigoristas del islam, ha recorrido esta semana varias ciudades tunecinas como Sfax, Nabel o Mahdia, donde en mezquitas y conferencias ha defendido su visión de los principios islámicos.

En sus sermones defiende las supuestas virtudes de la ablación femenina, así como de la poligamia, prohibida por las leyes tunecinas. Unas prédicas, que no han gustado ni a laicos ni a numerosos religiosos moderados.

"No tenemos lecciones que recibir de los predicadores que vienen de fuera, tenemos nuestras tradiciones y la universidad de la Zaituna", dijo a Efe el líder histórico del islam político tunecino, Abdelfatah Moro.

Para Moro, "Túnez tiene sus líneas específicas y su islam es moderado, no se parece al de otros países".

"Somos la cuna de la moderación y el país lo seguirá siendo", zanjó este antiguo miembro y fundador del partido islámico En Nahda, que gobierna el país.

Por su parte, la presidenta de la ONG "24 de Octubre", Olfa Layili, aseguró que desde su agrupación no aceptan la visita del predicador, ni la manera en la que hace uso de la democracia.

"Es peligroso, en estos momentos en que la democracia está naciendo, que vengan a tratarnos a los tunecinos como malos creyentes haciendo una amalgama entre laicismo y ateísmo e intentando dividirnos", declaró Layili a Efe.

En Egipto, al igual que en otros países árabes, en el imaginario popular y en los círculos religiosos el laicismo muchas veces se identifica erróneamente con el ateísmo.

Layili explicó que un grupo de abogados de la ciudad de Sfax (sur) ha presentado una denuncia contra la asociación que invitó al predicador, así como contra el ministro de Juventud y Deportes, por haber facilitado el centro de deportes donde se celebró un encuentro al que acudieron 5.000 personas.

Asimismo, varios partidos políticos y ONGs han convocado una concentración de protesta para mañana, sábado, frente al Parlamento.

Por su parte, un colectivo de abogados y ciudadanos denunciaron al predicador por "utilizar las mezquitas con fines políticos".

Según la asociación "Todos somos Túnez" (Kulna Tunis), Ghamin "incita al odio y a la violencia incluso entre religiones".

Ante la oleada de protestas, el Ministerio de Sanidad, dirigido por Abdelatif el Mekki, antiguo militante de En Nahda, ha salido al paso con un comunicado en el que afirma que "la mutilación genital femenina es un acto condenable que no forma parte ni de la cultura ni de las tradiciones" tunecinas.

En la nota, el ministerio subraya que contrariamente a la circuncisión masculina, prescrita por el islam, la ablación "no aporta ninguna ventaja a la salud de la mujer", al contrario "este ritual practicado en algunas sociedades, dificulta el funcionamiento natural del organismo".

La ablación total o parcial de los órganos genitales externos femeninos "es una violación de los derechos de las jóvenes y de las mujeres", subraya la nota, que describe esta práctica como un "acto doloroso, traumático y perjudicial que puede provocar grandes hemorragias, problemas urinarios e infecciones".

Asimismo, y para evitar posibles brotes de esta práctica, el ministerio ha instado a los profesionales de la salud a denunciar cualquier intento de llevarla a cabo.

En esta línea, el Colegio de Médicos de Túnez capital advirtió a los médicos "contra toda deriva" y les exigió "proteger a las niñas".

En Sfax, el Colegio de Médicos de la ciudad pidió a las autoridades que impidan al predicador que continúe extendiendo sus ideas por la provincia.

La visita de Ghenim, que tiene previsto finalizar su viaje a Túnez este fin de semana y cuya ideología se propagó en Egipto en la última década con la connivencia de las autoridades, coincide con un momento de creciente tensión entre el ala más retrógrada y radical del islam y los sectores más moderados y laicos de la sociedad.

El pasado miércoles varios centros de enseñanza celebraron una jornada de huelga para protestar contra el acoso y las agresiones de seguidores salafistas, que exigen entre otras cosas la separación de sexos y la imposición del velo y defienden el niqab, prenda que cubre todo el rostro y que sólo deja al descubierto los ojos.

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