"Una generación de niños sin sida es posible"

  • Según un estudio elaborado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa); Onusida; el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), y la Organización Mundial de la Salud (OMS), varios países han conseguido llevar a cabo "progresos considerables" en la lucha contra el virus.
Martha Mumba, que es VIH positiva, sostiene a su hijo de seis semanas en brazos a la puerta de su casa en Lusaka | UNICEF
Martha Mumba, que es VIH positiva, sostiene a su hijo de seis semanas en brazos a la puerta de su casa en Lusaka | UNICEF
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La celebración del día mundial del sida sirve como pretexto para hacer balance de datos, avances y retrocesos en la lucha contra la enfermedad. Por fin, parece que una luz alumbra el final del túnel: "en una generación se puede erradicar el virus si se cuenta con recursos suficientes tanto en investigación como en tratamientos y prevención", según un informe presentado este lunes por cuatro organismos de las Naciones Unidas titulado "La infancia y el sida: cuarto inventario de la situación, 2009".

Hace años, cuando el impacto devastador de la epidemia de sida sobre los niños era cada vez más evidente, "era casi imposible imaginar una generación libre de sida en un futuro previsible" explica el informe. Sin embargo, en 2005 tanto UNICEF como las Naciones Unidas y otros asociados lanzaron una acción llamada "Unidos por los niños, unidos contra el sida", una campaña mundial enfocada a centrar la atención y los recursos en mitigar los peores efectos del VIH y el sida en los niños y los jóvenes.

"Han sido cuatro años de esfuerzo", dice el informe presentado en Barcelona y Nueva York este lunes, "se han salvado muchas vidas y se han mejorado otras tantas gracias a que tanto los gobiernos nacionales, como las organizaciones no gubernamentales, las comunidades locales e internacionales han sabido responder a la problemática. La prevención de la transmisión vertical del VIH de la madre al niño ha sido uno de los objetivos principales".

Si embargo, todavía queda mucho por hacer, el 55% de las mujeres embarazadas con sida no reciben el tratamiento que evita transmitir esta enfermedad al feto. No obstante, los datos indican que se han producido "progresos considerables" en algunos países tanto en el tratamiento para evitar la transmisión de madre a hijo como en la administración de pruebas de detección del VIH a las mujeres embarazadas.  

La relación entre el VIH, la pobreza en el hogar y la salud de la madrey el hijo sigue siendo muy marcada.Pero, explica el informe, "el éxito es evidenteen los lugares donde los gobiernos se han comprometido con firmeza paraabordar la salud de las madres y de los niños especialmente medianteservicios de detección y tratamiento del VIH y donde las pruebas y lostratamientos se han incorporado en los programas generales de salud delas madres y los hijos".


Mejora del 40% con respecto al año anterior

El tratamiento para evitar la transmisión de madre a hijo ha alcanzado una cobertura del 95% en Botswana, del 91% en Namibia y del 73% en Sudáfrica, tres países con una prevalencia elevada del VIH. Los progresos son especialmente claros en Sudáfrica, donde la cobertura era de solo un 15% en 2004.

El informe ofrece también recomendaciones de la OMS para combatir la pandemia en el Tercer Mundo, tales como aumentar las pruebas de detección, reforzar los sistemas de salud y prestar servicios sanitarios integrados para madres y recién nacidos. Según sus resultados, mientras que la mortalidad infantil por esta enfermedad casi ha desaparecido en muchos países industrializados, a escala mundial sólo el 38% de los niños que nacen con VIH reciben el tratamiento pediátrico necesario.

El dato supone una mejora del 40% con respecto al año anterior, pero hay que avanzar en la detección entre madres y recién nacidos, subraya Unicef.

Otro grupo fuertemente afectado es el de las mujeres y niñas de 15 a 24 años, que en África subsahariana suponen el 70% de los nuevos contagios. Por ello, el informe pide abordar los factores que impulsan la epidemia, incluida la violencia sexual, e incorporar a los hombres y los muchachos en la respuesta. Finalmente llama la atención sobre la escasa ayuda que reciben los niños huérfanos por la enfermedad y las familias que se hacen cargo de ellos.

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