Una ONG busca 'madres sociales' para construir nuevas familias en Uruguay

  • Montevideo, 28 mar (EFE).- La ONG Aldeas Infantiles SOS de Uruguay busca a mujeres dispuestas a trascender los límites de la biología para convertirse en 'madres sociales', y asumir el cuidado y educación de niños que no pueden ser atendidos por sus familias.

Montevideo, 28 mar (EFE).- La ONG Aldeas Infantiles SOS de Uruguay busca a mujeres dispuestas a trascender los límites de la biología para convertirse en "madres sociales", y asumir el cuidado y educación de niños que no pueden ser atendidos por sus familias.

Tener entre 25 y 45 años, estar en posesión del ciclo educativo básico y no contar con hijos propios menores a cargo son algunos de los requisitos para llegar a ser progenitoras de estas familias construidas "a través de los sentimientos", dijo a Efe Rosa Escalante, responsable de uno de los hogares.

La labor de estas mujeres no constituye un voluntariado, sino "un trabajo", explicó el director de la ONG en Montevideo, Álvaro Vignola, quien destacó que una de las principales dificultades de esta misión es el perfil "diverso" de los niños, de todas las edades y procedencias.

No obstante, la mayoría de estos "chiquilines", como los denomina Vingnola, comparten una huella en su pasado, pues, "en los primeros años de su vida, cuando necesitaban más seguridad y afecto, sufrieron la mayor de las tragedias: separarse de su familia".

"Estas mujeres afrontan el reto de devolverles un entorno familiar, que vuelvan a confiar en el mundo adulto y reparen su historia", aseveró Vignola, para quien del éxito de esa labor "depende en buena medida las posibilidades de los niños de construir su mundo futuro".

Con catorce casas en Montevideo, dieciséis en el Departamento de Florida y trece en el de Salto, Aldeas Infantiles SOS de Uruguay se hace cargo de más de 340 niños y "acompaña" a los más de cien jóvenes que se independizaron de estos hogares en los últimos dos años, explicó Vignola.

Indicó que la organización planea construir dos nuevos hogares en la capital, por lo que se necesitan "cinco o seis" mujeres que asuman este trabajo "con mucha responsabilidad y afecto", y que sean capaces de "aceptar la historia que los niños traen" consigo.

Antes de alcanzar el rango de "madres sociales", las candidatas deben haber pasado por el de "tías SOS", empleadas que desempeñan labores de apoyo en la tareas de educación, salud e higiene encomendadas a las madres y que se hacen cargo los hogares cuando éstas faltan.

Han de transcurrir al menos dos años para que las mujeres residentes en "el apartamento de las tías", integrado en cada una de las aldeas, asuman su propio hogar como "madres", explicó Vignola

Separada y con hijos mayores, Escalante, de 57 años, lleva quince dedicada a esta "opción de vida", que le permitió, aseguró, "ensanchar" su propia familia.

"Ahora siento que éste es mi lugar", afirmó esta trabajadora que inició su andadura en una casa con nueve niños a su cargo, de los que ya solo quedan dos.

Los restantes "se independizaron: una vive en México, dos viven en pareja, otros siguen solteros (...) ", señaló esta madre "postiza", que, pese a la "disponibilidad horaria" requerida por el puesto, dice sacar tiempo para hacer "pilates" e ir al cine "de vez en cuando".

Gabriela Suárez, de 34 años, abandonó su estudios de Asistencia Social cuando ingresó como "tía" en una de las aldeas.

Hoy tiene a su cargo un hogar de Montevideo en el que viven diez niños de entre 2 y 17 años y asegura que, "por suerte, no es tan complicado" coordinar sus necesidades.

"Este verano nos fuimos de vacaciones a un balneario veinte días", relató Suárez, para quien la "paciencia" y las "ganas de formar una familia" son las claves de esta iniciativa, en la que se educa a los menores "en valores y en costumbres", añadió Escalante.

La mayoría de sus eventuales hijos la denominan "mamá Rosa", porque "saben perfectamente quién es su otra mamá, la biológica", explica.

Procurar que los niños mantengan los vínculos con sus progenitores es otro de los criterios de Aldeas Infantiles SOS, que pretende que "a corto, medio o largo plazo, el niño vuelva con su familia biológica, si es posible", dijo Vignola.

Si ese momento llega, el niño ya habrá aprendido a desarrollar "sentimientos de pertenencia la idea de que hay cosas que les pertenecen y de que ellos pertenecen a un lugar", dijo Escalate.

Según esta "madre profesional", los niños "vienen tan carentes de afecto y atención, que lo que más les sorprende cuando llegan al hogar es que cada uno tiene su propio pijama, su ropa interior y sus pantuflas. Lo agradecen muchísimo".

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