Vicente Leñero, figura de la narrativa y el periodismo del siglo XX en México

México, 3 dic.- El escritor mexicano Vicente Leñero, fallecido hoy a los 81 años, está considerado un influyente maestro de generaciones de periodistas y una figura de la narrativa mexicana del siglo XX.

Nacido en la ciudad de Guadalajara el 9 de junio de 1933, Leñero se graduó de ingeniero civil en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de periodista en la Escuela Carlos Septién García en 1956.

Leñero, quien decidió estudiar periodismo para aprender a escribir, abrazó publicó su primera obra en 1959, "La polvareda y otros cuentos" y dos años más tarde la novela "La voz adolorida".

Su obra literaria, que incluye una decena de novelas y unos 20 guiones cinematográficos, fue complementada con su labor periodística en varios medios para consolidarse como un protagonista de la literatura de su tiempo.

El escritor fue becado por el Centro de Cultura Hispánica de Madrid en 1956 y la Fundación Guggenheim en 1967-1968.

Una beca del Centro Mexicano de Escritores le permitió escribir en 1963 la novela "Los albañiles", con la que ganó el Premio Biblioteca Breve y que en 1970 adaptó al teatro junto con otras obras como "Los hijos de Sánchez" (1972).

La historia del cine mexicano de los últimos 45 años tiene marcadas las huellas del trabajo de Leñero.

En su extensa obra en el cine destacan cintas como "El llanto de la Tortuga" (1975), "Los de Abajo" (1978), "El callejón de los milagros" (1995), "El crimen del padre Amaro" (2002) y "El Atentado" (2010).

Leñero también se desempeñó como periodista en los diarios El Heraldo de México y Excélsior, del que salió en 1976 para fundar, junto con Julio Scherer, el semanario Proceso del cual fue subdirector.

En su libro "Los periodistas" (1978), Leñero relata los hechos ocurridos en 1976 sobre la destitución de los directivos de Excélsior y revela los conflictos con el sistema político mexicano.

Desde la revista Proceso ejerció un periodismo reconocido por su congruencia y por ello ha sido considerado un maestro para varias generaciones de comunicadores.

En una entrevista que dio al cumplirse 50 años de su obra "Los Albañiles", Leñero aseguró que la ironía es la mejor arma de los periodistas y del escritor porque le permite burlarse de la realidad.

"Un escritor sin ironía se vuelve solemne, pedante; uno se ríe de sí mismo también", declaró entonces el dramaturgo, quien ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua el 26 de mayo del 2011.

Leñero recibió durante su trayectoria premios como el Xavier Villaurrutia en 2001, el Premio Nacional de Ciencias y Artes de en el área de Lingüística y Literatura en el mismo año y la medalla de Bellas Artes en 2011.

Su obra narrativa incluye textos como "El garabato" (1967), "El evangelio de Lucas Gavilán" (1979), "La gota de agua" (1984), "Asesinato" (1985) y "La vida que se va" (1999).